EL MANTRAM, LA PALABRA
La recitación de la Palabra Mística, tiene un valor no sólo en el campo de la meditación, sino que su valor intrínseco alcanza grados de espiritualidad de una pureza inmedible.
Aquellos estados anteriores van en camino de ser preparatorios para esta realización qué ahora nos toca.
El Mantram como vibración encuentra su Identidad en un espacio sutilmente iluminado, no pertenece a una dimensión de la corriente material de nuestros conceptos, sino que su raíz se manifiesta desde una zona de alta realización espiritual, ya que el sonido no es mental ni menos aun material, es un sonido que viene de lo que para nosotros es el silencio.
Pero como el Universo todo, se encuentra en un sin fin de creaciones y destrucciones, estas relaciones de su actividad no se encuentran lejos de una manifestación sonora.
La recitación acompasada del Mantram se Identifica con la armonía del Universo, de modo que los arpegios del Mantram personal terminan por ser Idénticos a los del Universo.
Para que la conciencia cualifique las armonías del Universo, el Monoideismo que deviene de la Relajación y el Yoganidra son esenciales, ya que aquellos pasos logrados desprenden una cantidad de certeza que apoya la recitación del Mantram con conciencia de que existe una vida detrás de aquella sonoridad.
La recitación sin embargo debe ser auditiva, pero esta recitación no es una repetición verbal ni una repetición mental, es una audición del sonido dentro del ámbito de la conciencia liberada de sus lazos materiales y mentales, es una vibración que se produce sola en virtud de su propia espiritualidad, la mente puede seguir esta vibración, llevarla al plano de la conciencia relativa y conceptual pero no perdurará allí, no puede crecer allí, ya que éste no es su campo, y la permanencia del sonido espiritual en la mente, lo expone a la tragedia de que se transforme en un objeto del Intelecto, en una relatividad que la conciencia pueda manejar, todo lo cual, es la materialización o más bien la degeneración de la pureza original y su caída en el campo de lo humano.
El Mantram no debe confundirse con una palabra, porque una palabra sólo puede representar las cosas que pueden ser pensadas, y lo que el Mantram es, no puede ser pensado ni aún imaginado, de modo que este defecto tan extendido en quienes pretenden meditar, de retener en la intrascendencia del plano intelectual esto que es infinito; no tiene asidero, exactamente en quién ha decidido perpetuar su conciencia en un reino indefinido de Luz
escuchando silencios ... pretendidos haikus ... nacen desde la floresta ...
Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
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