Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

es Dios el Tao?

Creemos que la respuesta debe formularse de esta manera. El Tao del taoísmo corresponde a lo que Sócrates, Platón y Aristóteles con la escuela estóica designaban con la palabra Dios. Corresponde también a lo que el pueblo hebreo y el pueblo cristiano adoran como su Dios. Esto no quiere decir que el concepto que se ha formado de Él el taoísmo, la filosofía griega y, en especial, el cirstianimo sean idénticos. El concepto cristiano de Dios está revelado. Es la revelación que Dios ha hecho al hombre de su propio misterio. En cambio el concepto taoísta es lo que el mismo hombre ha podido vislumbrar en la tiniebla del misterio divino. Con eso está dicho que, por más que nos parezca admirable el conocimiento del Tao en el taoísmo, no puede tener la claridad y precisión de la revelación del Padre hecha por su Hijo. Con todo, los grandes atributos de la divinidad están ya aquí suficientemente indicados. Estos son: el Tao es su propio y eterno origen, es infinito, espiritual, trascendente y distinto del mundo de los seres, creador o, al menos, modelador de los seres que reciben de El su existencia, su vida y su poder.


Aunque su inoperancia y quietud inmutable impide al hombre advertir las intervenciones personales de su entendimiento y de su voluntad en el gobierno de los seres, sin embargo, Él es el que hace todas las cosas y prodiga imparcialmente sus beneficios al mundo. Su personalidad está pues indicada, pero no muy marcada. Su concepto est´más cerca del Logos estóico y del Uno Inteligible de Platón que del Dios, fuertemente personalizado, del cristianismo.

En las historias del pueblo hebreo y del cristianismo Dios ha tenido muchas y muy manifiestas intervenciones. En cambio el pueblo chino sólo le ha conocido como autor de la naturaleza. No debe pues extrañar que su personalidad esté aquí menos señalada.

El Tao es incognoscible para los sentidos. La misma inteligencia estorba más que ayuda. El conocimiento limitado del ilimitado Tao es más bien místico. Es el mismo Tao el que desciende al corazón que ha hecho en si la calma del vacío de cosas sensibles y de sentimientos perturbadors.

El cristianismo se funda en la autorevelación del mismo Dios, pero utiliza también las luces de la inteligencia para esclarecer el misterio. Para el taoismo, el Tao es ante todo, la verdad. Tanto la verdad suprema y subsistente en el vacío de su pura trascendencia, como la verdad inmanente a los mismos seres. No siempre distingue suficientemente estas dos realidades, infinta la una y finita la otra. Llama a la primera el Tao del Cielo y a la segunda el tao del hombre.

El Dr. Wu Ching-hsiung expresa así la idea que se ha formado del Tao de Chuang-tzu:

"Para Chuang-tzu sólo el Tao es Absoluto. No sólo es camino, sino también el origen y el fin del Universo y de todas las cosas. Es además creador, norma y dirección. Está presente en todas las cosas sin que se le pueda identificar con ninguna de ellas. Inmanente al Universo, sin embargo, le trasciende. No es solamente lo Supremo y Último, sino también Infinito. Es único y es origen de las diferencias de todas las cosas. Es inmutable y es causa de todos los cambios. Es Misterio de misterios que evoca en las mentes de los pensadores un sentimiento perenne de admiración. El sabio es el que más asombrado queda ante Él. Sólo los ignorantes creen que le conocen. Fuera del Tao, nada es absoluto; se sigue pues que todas las cosas son relativas, incluyendo en ellas, las opiniones y tradiciones humanas. Sólo respecto a esto es Chuang-tzu relativista o escéptico. Hay que tener en cuenta que es relativista porque es peregrino del Absoluto".

El P. José Wang Ch'ang-chih, hablando del título que encabeza el sexto cpítulo de la obra: Mi Gran Origen y mi Gran Maestro, dice también:

"Es el nombre que da al objeto más eminente de nuestra actividad intelectual, al modelo más alto de nuestra vida moral, a la base única y al fontanar de toda nuestra vida espiritual, a eso que la filosofía clásica occidental llama el Absoluto y la filosofía moderna el Transcendente, al que nuestros compatriotas han adorado con el nombre de Cielo o Supremo Soberano y al que las religiones superiores le creen como el Unico Dios verdadero".

Dice que es imposible interpretar a Chuang-tzu con criterios ateos sin que quiera esto decir que hay que atribuirle el concepto religioso de Creador.

En efecto, prescindiendo de la interpretación que se quiera dar al Tao, no cabe en manera alguna hacer ateos a Lao-tse y Chuang-tzu. Lac-tse admite claramente en el c.4 la existencia de Dios (Ti). Chuang-tzu habla también varias veces de Él. En el c.6 p.46 dice que el Tao comunica su espiritualidad o sus poderes trascendentes a Dios (Ti), lo mismo que a los Espíritus.

El escritor japonés Suzuki, especialista en el budismo Zen, dice en la introducción a la traducción del Tao Te Ching y de Chung-tzu por James Legge, que el taoismo ha puesto al Tao infinito como base y perfección del mundo finito. "Sin estribar en el Infinito, dice, nada es posible, nada perfecto. Mientras las cosas finitas permanecen finitas y no tienen comunión con el Infinito, serán imperfectas y abocadas a la muerte".

Lógicamente el ser infinito tiene que ser Dios. Pero el ilustre escritor no nos dice si él lo entiende o no asi.

del libro: Chuang-tzu