hojas caen del sauce
el río sin agua
guijarros a trechos
ráfagas de otoño
cubo rodando
sin fondo
sopla el poniente
y al oriente se apilan
las hojas secas
ya te vas tú
serán verdes los sauces
largo el camino
blanco rocío
cada púa en la zarza
tiene una gota
en rincones y esquinas
fríos cadáveres:
flores de ciruelo
yo me marco,
tú te quedas:
dos otoños
oh, cruel chaparrón!
un vuelo de pequeños gorriones
se aferra al césped!
lluvia de primavera:
en el carruaje compartido,
mi bienamada suspira
los días son lentos;
hay ecos que se escuchan
en algún lugar de Kyo
lento día
un faisán
reposando sobre el puente
halo de la luna:
¿no es el aroma del ciruelo
florecido naciendo sobre el cielo?
niña muda
convertida en mujer:
ya se perfuma
bajo el follaje amarillo
el mundo reposa enterrado...
excepto el Fuji
sobre la campana del templo
reposa y duerme
la mariposa
aire mañanero:
se mueven
los pelos de las orugas
lluvia de primavera y aún
los vientres de las espigas
no se han mojado
aquí y allá
sonido de cascadas:
hojas tiernas por doquier
frio en la alcoba
al pisar tu peine
mi muerta esposa
faisán de la montaña
el sol primaveral
pisa su cola
voy hacia los cerezos
a dormir bajo sus capullos
¡sin deberes!
un barrilete:
en el mismo sitio
que en el cielo de ayer
nada se mueve,
ni una hoja: inquietante
yace el bosque en verano
labrando el campo:
desde el templo sobre la cumbre
el canto del gallo
el aguisu está cantando,
su pequeña boca
abierta
indiferente y languido
quemo incienso:
anochecer de primavera
las flores me han enloquecido:
y retorno a casa
hastiado de cortesanos
un ruiseñor...!
y en el momento de la comida,
toda la familia
el luchador, ya viejo,
cuenta a su mujer el combate
que no debió perder
bajo la lluvia primaveral
absortos en sus palabras
la capa de paja y el paraguas
el crisantemo amarillo
pierde su color
bajo la luz de la linterna de mano
llegado para ver las flores,
bajo ellas dormiré,
sin sentir el tiempo
peonias
del gran jardín
en una regiòn del cielo
labrando el campo
la nube inmóvil
se ha ido
el cerezo florecido desapareció:
en templo entre los àrboles
convertido
dentro de una linea ruedan
los gansos salvajes; al pie de la colina
la luna es un sello
una ballena!
nadando por debajo y más y más
arriba, su cola!
amarillas colzas en flor:
del costado este, la luna,
el sol, ponièndose
el ruido
de una rata sobre un plato
¡que frío resulta!
melancólicamente,
asciendo la colina
de zarzas en flor!
capullos en el peral
y una mujer a la luz de la luna
leyendo una carta
escuchando silencios ... pretendidos haikus ... nacen desde la floresta ...
Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".