Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

3 oct 2010

El mundo brillante

Visto bajo este ángulo, la ignorancia es un caso de ceguera de sí mismo. Sobre esta vía, toda la vida es ciega. Nos oscurecemos vida tras vida. Los que de esta forma avanzan siempre hacia la oscuridad son llamados seres ignorantes. Para Buda no hay ignorancia. Para los seres ignorantes no hay naturaleza de Buda. Esto es un hecho. Incluso cuando se posterna delante de un Buda un ser ignorante pensará:
"¿Valdrá caro este Buda?", o ¿Cuánto me costará este Buda si lo compro?." Sea como sea, el Buda no responde. Desde su punto de vista no hay seres ignorantes. El Buda dice: "Estáis bien, justo como sois."

Los seres ignorantes están llenos de complejos. Ellos no lo creen pero el Buda repite: "Estáis muy bien como estáis." Si sois servidores, sed servidor, está muy bien. Vuestros padres os han permitido nacer, habéis estado en la escuela elemental y ahora ganáis treinta yens por mes. Tal como estáis obtendréis el satori. Yo lo sé con toda certeza, dice Buda. Pero el ser ignorante persiste en decir: "No valgo nada." Es lo que se llama "ser hijo de millonario y vivir en la miseria." A pesar de que había nacido en una familia de millonarios, el hijo huye pensando que lejos estará mejor, y se pone a vagar en busca de esta mejora. Esto es profanarse a sí mismo. La ignorancia es profanarse a sí mismo pensando: "Si hay algo mejor fuera de mí, entonces yo no valgo nada." Pero el ego es uno y está bien tal como es. Para el cuerpo es lo mismo. Si el moco os cuelga de la nariz, es perfecto así como está. Desde el punto de vista de Buda, está bien, pero desde el punto de vista de los seres ignorantes, es la ignorancia.

El común de los mortales consagra cada jornada al servicio de la ilusión, es decir, dentro de la confusión. Pasan el día en lugares oscuros. En la parte oscura de la ciudad se ven a menudo pasar jóvenes fantasmagóricas con rostros seductores. Pero si ellas son seductoras, yo no lo soy; pero un hombre más guapo sería devorado por estas criaturas. Y no encontrará su libertad mas que cuando su bolsa esté vacía. De esta forma pasamos nuestros días en un mundo semi-muerto lleno de ilusiones oscuras. Una jornada es dilapidada en vano. Un solo y mismo día, según el uso que se haga de él, puede volverse diversos mundos vivientes, mundos muertos, mundos totalmente negros, mundos en torbellino o mundos en naufragio.

Para obtener el satori, cualquier momento es bueno... En la práctica budista no hay ni buen ni mal día. Desde el punto de vista de Buda, cualquier día es un buen día. De ahí el dicho: "Cada día es un buen día." Puede ser un día de gato o un día de elefante, pero no es un mal día. Por el contrario, para los seres ignorantes, incluso el día que obtienen algo es un día de mala suerte. Si un hombre que no tiene nada obtiene algo, pasará todo el día jugando y acabará por derrocharlo totalmente. Pensará: "Bueno, ahora ya tengo para comer; dejemos el trabajo para más tarde."

Kodo Sawaki

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