Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

6 nov 2010

la generosidad ...

Así lo he oído. En una ocasión el Bienaventurado residía en el monasterio Jetavana de Anathapindika en Savatthi. En aquel tiempo, pronto, después de la media vigilia de la noche, un cierto deva de apariencia extremadamente atractiva se acercó al Bienaventurado, iluminando por completo el monasterio Jetavana. Después de reverenciar al Bienaventurado, se sentó en un lugar adecuado. Permaneciendo así, el deva recitó este verso en presencia del Bienaventurado:


Cuando una casa arde en llamas,
Las posesiones salvadas
Son aquellas que serán útiles,
No las dejadas allí para arder.
Así, cuando el mundo arde en llamas
Con la vejez y la muerte,
En el integrante más débil de la situación la lealtad es la entrega;
en el más fuerte, la confianza.
Uno debería salvarse mediante la caridad:
Aquello que es donado está bien salvado.
Aquello que es donado produce fruto agradable.
Aquello que no es donado no produce:
Los ladrones lo sustraen, o los reyes;
Arde mediante el fuego o se pierde.
Entonces, al final uno deja el cuerpo
Junto a sus posesiones.
Conociendo esto, el hombre sabio
Disfruta de sus posesiones, pero también hace donaciones.
Habiendo disfrutado y donado de acuerdo con sus medios,
Sin crítica, él va a un estado celestial.

SN 1,41 (12S1.1.5.1,41) Aditta Sutta – El fuego

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