http://www.youtube.com/watch?v=YJ_gHL3IeuA&NR=1
http://www.youtube.com/watch?v=g2MJVn1NMNU&feature=related
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Los Dogón podrían ser una etnia como cualquier otra de las que abundan a lo largo y ancho del continente africano, sin embargo su compleja sociedad y cultura han despertado la curiosidad de muchos antropólogos, científicos y aficionados a los enigmas de nuestro mundo.
A diferencia de la mayoría de las etnias tribales africanas, tras la aparente falta de desarrollo de los Dogón, se esconde una cultura rica y compleja, con una mitología extraordinaria y unos sorprendentes conocimientos sobre el cosmos que han llevado a algunos a pensar que este pueblo ha sido influenciado por visitantes de otros mundos en tiempos pasados.
Pero no nos precipitemos y vayamos al origen de esta enigmática gente del Sahel.
En la actualidad, los Dogón son un pueblo conformado por una cantidad estimada de entre 200.000 y 500.000 habitantes que pueblan la región central de Malí, al sur del Sahara en un territorio conocido como los “Acantilados de Bandiagara”. En este curioso accidente geográfico donde un precipicio en forma de muro de mas de 200 metros corta la planicie semidesértica a lo largo de mas de 150 Km, se ubica el País Dogón, el sitio donde esta etnia se ha asentado hace ya varios cientos de años.
Debido a la inexistencia de documentos escritos dentro de su cultura, los antropólogos aun no conocen con exactitud el origen de esta tribu. Todo lo que se sabe es por medio de la historia que ellos mismos se transmiten de manera oral de generación en generación.
Según la propia cronología Dogón, su cultura se origina en algún sitio al oeste del Río Níger. Debido a su predisposición pacifica y sosegada, fueron intensamente perseguidos durante la invasión árabe al Sahara. Los invasores islámicos acosaron a los serenos Dogón, algunos para ser transformados al arabismo y otros para ser vendidos en un mercado de esclavos de creciente demanda. Al parecer esta amenaza fue la que provocó el éxodo desde las regiones del oeste del Níger hacia los Acantilados de Bandiagara donde, dadas las características del terreno, encontraron una fortaleza natural para protegerse de sus enemigos. Según relata su propia historia, fueron cuatro de sus lideres los que condujeron a los Dogón en su difícil éxodo hacia Bandiagara. Sus nombres? Aron, Ono, Domno y Dijon quienes hasta hoy son considerados los verdaderos Mesías de su pueblo.
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Cuando los Dogón arribaron a Bandiagara, la región también estaba habitada por una tribu de escasa estatura llamados “Tellem” con quienes convivieron pacíficamente durante varios siglos antes que estos abandonen el lugar por razones aun desconocidas.
Los Tellem bautizaron a los recién llegados con el nombre de “Babe” el cual significa “Extranjero”. No se tienen indicios de que ambos grupos hallan luchado por el dominio del territorio, aunque hay quienes sostienen que los Dogón, expulsaron a los Tellem de los acantilados. Esta teoría se contrapone con la tradición Dogón, la cual considera La Vida como algo sagrado. Lo cierto es que si bien los Tellem y los Dogón coexistieron en los escarpados acantilados de Bandiagara, cada pueblo ocupó sitios diferentes y jamás se mezclaron. Mientras los Dogón se asentaron en la base de la pared rocosa, los Tellem tenían sus moradas ubicadas en los muros verticales, sobre la mitad superior de los despeñaderos. Misteriosamente, en algún periodo de tiempo entre el arribo de los nuevos pobladores y la actualidad, los diminutos Tellem, desaparecieron completamente de a región. No se sabe aun si emigraron o se extinguieron. Uno de los escasos indicios que estos primitivos habitantes de los acantilados dejaron, son sus refugios en forma de cavernas, los cuales actualmente son utilizados por los Dogón como catacumbas y cámaras mortuorias.
Desde los momentos de su arribo a Bandiagara, la tribu Dogón se ubicó en la base de los despeñaderos. Esto les brindó un refugio natural contra el ataque de tribus hostiles y otros enemigos. Allí y a lo largo de los mas de 150 Km de muros verticales, este pueblo construyó aldeas, las cuales llaman la atención por el diseño de sus edificios y su arquitectura que difiere a cualquier otra vista en el continente.
Estas aldeas se levantan siempre en los alrededores de vertientes, cascadas y manantiales debido a que las tierras que rodean estos escasos cuerpos de agua, tienden a ser mas fértiles y permiten una limitada pero efectiva actividad agrícola
Las aldeas Dogón están conformadas por conjuntos de curiosos edificios construidos con una mezcla de barro, arcilla y excremento de ganado. Dentro de estas villas, se mezclan las viviendas propiamente dichas, con graneros y almacenes de característicos y agudos techos cónicos de paja. Es curioso el hecho que todas las viviendas Dogón, siguen un patrón antropomorfo. La cocina se ubica en donde seria la cabeza, mientras que el cuerpo esta ocupado por el comedor y los aposentos. Los brazos, por su parte, conforman las despensas de comida y recursos. La paredes exteriores pueden estar decoradas con figuras en relieve de hombres y animales, especialmente las destinadas a los lideres de aldea.
La forma y la tonalidad del conjunto de chozas que conforman una aldea Dogón, le dan un increíble mimetismo en el entorno rocoso que predomina en la base de los acantilados. Esto les brinda un excelente camuflaje a la hora de pasar desaparcibidos ante observadores situados a la distancia.
Los Dogón tienen un esquema social altamente complejo y a veces difícil de entender
Como se menciono anteriormente, los miembros de esta etnia, levantan pequeñas aldeas junto a las vertientes y manantiales que les ofrecen un sitio mas propicio en tan árida región. Alrededor de estos cursos de agua pueden agruparse entre 2 y 4 asentamientos claramente separados unos de otros. Cada una de estas villas es habitada por un extenso grupo familiar, es decir que todos sus miembros tienen algún tipo de parentesco. Hermanos, primos, tíos, abuelos y nietos acompañados de sus respectivos cónyuges conviven en una comunidad que puede superar los 100 habitantes. El miembro varón mas viejo de la familia cumple el rol de jefe de la aldea y es conocido con el nombre de “Gina Bana”. El es el encargado de gobernar su asentamiento y solucionar los conflictos que pudieran surgir entre sus habitantes, oficiando el papel de juez. Además representa a su aldea en el Consejo De Ancianos, el cual no es mas que una reunión entre los “Gina Banas” vecinos con el fin de debatir asuntos relacionados a la comunidad .
Dentro de este Consejo de Ancianos, destaca el miembro de mas edad, el cual además, debe ser descendiente de sangre de alguno de los patriarcas que hace cientos de años guiaron al pueblo Dogón en su éxodo desde el Río Níger hasta las escarpadas laderas de Bandiagara. Este hombre lleva el grado de Hogón y es el jefe supremo de la comunidad. (Entiendase como comunidad al conjunto de aldeas que se levantan en torno a un manantial o vertiente).
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El Hogón, es una personalidad sagrada relacionada con el culto a “Lebe” que viste llamativos atuendos y ocupa un puesto de privilegio en la sociedad. Suele habitar alguna de las aldeas que el gobierna, ocupando una vivienda decorada con figuras en bajo relieve. El Hogón es el jefe supremo de la sociedad Dogón y quien tiene la ultima palabra tanto en asuntos sociales como de convivencia.
Sin embargo existe una casta, en la que el Hogón no puede inmiscuirse, conocida con el nombre de Sociedad Awa. Esta cofradía esta conformada únicamente por miembros varones quienes cargan con la importante tarea de supervisar los festejos religiosos, controlar el culto a las mascaras y mantener la historia oral del pueblo Dogón. Cuando los asuntos religiosos pasan a formar parte de la agenda de las comunidades, los Hogones seden su puesto de mando a los miembros de la Sociedad Awa hasta que las ceremonias hayan concluido, momento en el cual el jefe original vuelve a su cargo. Lo Sociedad Awa es una agrupación misteriosa y secreta, que se mantiene aislada del resto de la sociedad. Incluso hablan su propio dialecto llamado “Lenguaje De Los Arbustos” y que solo ellos comprenden y dominan. No cualquiera puede formar parte de esta casta de enigmáticos sacerdotes. Los aspirantes son elegidos cuidadosamente desde niños, según su estirpe y su categoría (Hombres puros e impuros). Solo los hombres impuros, cuyas actividades se relacionan con la muerte, ya sea como sepultureros o los encargados del sacrificio de animales, pueden ocupar un lugar en la Sociedad Awa.
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La relación entre los Dogón y el cosmos, paso prácticamente desapercibida del mundo occidental hasta la década del 30, cuando el explorador de origen francés Marcel Griaule, se lanza en una expedición a través de África partiendo desde Yibuti con destino Dakar. Esta ambiciosa empresa tenia como objetivo recorrer la franja de sabanas que dividen el desierto del Sahara con África Negra para indagar acerca de las etnias que habitan en la región.
Luego de varios meses de marcha por la franja del Sahel, el antropólogo francés llegó a los escarpados acantilados de Bandiagara donde por primera vez entró en contacto con el pueblo Dogón. Si bien es cierto que no fue el primer hombre blanco en identificar a esta tribu, si fue pionero en entablar un contacto estrecho y de confianza con ellos.
Dado el hermetismo de la sociedad Dogón, a Griaule no le fue nada fácil ganarse la confianza de este pueblo. Sin embargo tras convivir meses con ellos y repetir su visita a la misma aldea en muchas ocasiones, el francés se transformo en una personalidad importante entre el pueblo Dogón. Incluso cuando Griaule murió en 1956 y la noticia llego a oídos de sus amigos africanos, estos organizaron un funeral simbólico, siguiendo los ritos tradicionales de su cultura, para honrar la memoria de su gran amigo.
Griaule se gano la confianza de los Dogón como nadie lo ha hecho en la historia y gracias a ello pudo obtener muchos conocimientos que otros antropólogos jamás han logrado.
Los estudios y los escritos publicados por Griaule luego de su permanencia con los Dogón, fueron los que sorprendieron al mundo entero.
http://www.youtube.com/watch?v=g2MJVn1NMNU&feature=related
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Los Dogón podrían ser una etnia como cualquier otra de las que abundan a lo largo y ancho del continente africano, sin embargo su compleja sociedad y cultura han despertado la curiosidad de muchos antropólogos, científicos y aficionados a los enigmas de nuestro mundo.
A diferencia de la mayoría de las etnias tribales africanas, tras la aparente falta de desarrollo de los Dogón, se esconde una cultura rica y compleja, con una mitología extraordinaria y unos sorprendentes conocimientos sobre el cosmos que han llevado a algunos a pensar que este pueblo ha sido influenciado por visitantes de otros mundos en tiempos pasados.
Pero no nos precipitemos y vayamos al origen de esta enigmática gente del Sahel.
En la actualidad, los Dogón son un pueblo conformado por una cantidad estimada de entre 200.000 y 500.000 habitantes que pueblan la región central de Malí, al sur del Sahara en un territorio conocido como los “Acantilados de Bandiagara”. En este curioso accidente geográfico donde un precipicio en forma de muro de mas de 200 metros corta la planicie semidesértica a lo largo de mas de 150 Km, se ubica el País Dogón, el sitio donde esta etnia se ha asentado hace ya varios cientos de años.
Debido a la inexistencia de documentos escritos dentro de su cultura, los antropólogos aun no conocen con exactitud el origen de esta tribu. Todo lo que se sabe es por medio de la historia que ellos mismos se transmiten de manera oral de generación en generación.
Según la propia cronología Dogón, su cultura se origina en algún sitio al oeste del Río Níger. Debido a su predisposición pacifica y sosegada, fueron intensamente perseguidos durante la invasión árabe al Sahara. Los invasores islámicos acosaron a los serenos Dogón, algunos para ser transformados al arabismo y otros para ser vendidos en un mercado de esclavos de creciente demanda. Al parecer esta amenaza fue la que provocó el éxodo desde las regiones del oeste del Níger hacia los Acantilados de Bandiagara donde, dadas las características del terreno, encontraron una fortaleza natural para protegerse de sus enemigos. Según relata su propia historia, fueron cuatro de sus lideres los que condujeron a los Dogón en su difícil éxodo hacia Bandiagara. Sus nombres? Aron, Ono, Domno y Dijon quienes hasta hoy son considerados los verdaderos Mesías de su pueblo.
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Cuando los Dogón arribaron a Bandiagara, la región también estaba habitada por una tribu de escasa estatura llamados “Tellem” con quienes convivieron pacíficamente durante varios siglos antes que estos abandonen el lugar por razones aun desconocidas.
Los Tellem bautizaron a los recién llegados con el nombre de “Babe” el cual significa “Extranjero”. No se tienen indicios de que ambos grupos hallan luchado por el dominio del territorio, aunque hay quienes sostienen que los Dogón, expulsaron a los Tellem de los acantilados. Esta teoría se contrapone con la tradición Dogón, la cual considera La Vida como algo sagrado. Lo cierto es que si bien los Tellem y los Dogón coexistieron en los escarpados acantilados de Bandiagara, cada pueblo ocupó sitios diferentes y jamás se mezclaron. Mientras los Dogón se asentaron en la base de la pared rocosa, los Tellem tenían sus moradas ubicadas en los muros verticales, sobre la mitad superior de los despeñaderos. Misteriosamente, en algún periodo de tiempo entre el arribo de los nuevos pobladores y la actualidad, los diminutos Tellem, desaparecieron completamente de a región. No se sabe aun si emigraron o se extinguieron. Uno de los escasos indicios que estos primitivos habitantes de los acantilados dejaron, son sus refugios en forma de cavernas, los cuales actualmente son utilizados por los Dogón como catacumbas y cámaras mortuorias.
Desde los momentos de su arribo a Bandiagara, la tribu Dogón se ubicó en la base de los despeñaderos. Esto les brindó un refugio natural contra el ataque de tribus hostiles y otros enemigos. Allí y a lo largo de los mas de 150 Km de muros verticales, este pueblo construyó aldeas, las cuales llaman la atención por el diseño de sus edificios y su arquitectura que difiere a cualquier otra vista en el continente.
Estas aldeas se levantan siempre en los alrededores de vertientes, cascadas y manantiales debido a que las tierras que rodean estos escasos cuerpos de agua, tienden a ser mas fértiles y permiten una limitada pero efectiva actividad agrícola
Las aldeas Dogón están conformadas por conjuntos de curiosos edificios construidos con una mezcla de barro, arcilla y excremento de ganado. Dentro de estas villas, se mezclan las viviendas propiamente dichas, con graneros y almacenes de característicos y agudos techos cónicos de paja. Es curioso el hecho que todas las viviendas Dogón, siguen un patrón antropomorfo. La cocina se ubica en donde seria la cabeza, mientras que el cuerpo esta ocupado por el comedor y los aposentos. Los brazos, por su parte, conforman las despensas de comida y recursos. La paredes exteriores pueden estar decoradas con figuras en relieve de hombres y animales, especialmente las destinadas a los lideres de aldea.
La forma y la tonalidad del conjunto de chozas que conforman una aldea Dogón, le dan un increíble mimetismo en el entorno rocoso que predomina en la base de los acantilados. Esto les brinda un excelente camuflaje a la hora de pasar desaparcibidos ante observadores situados a la distancia.
Los Dogón tienen un esquema social altamente complejo y a veces difícil de entender
Como se menciono anteriormente, los miembros de esta etnia, levantan pequeñas aldeas junto a las vertientes y manantiales que les ofrecen un sitio mas propicio en tan árida región. Alrededor de estos cursos de agua pueden agruparse entre 2 y 4 asentamientos claramente separados unos de otros. Cada una de estas villas es habitada por un extenso grupo familiar, es decir que todos sus miembros tienen algún tipo de parentesco. Hermanos, primos, tíos, abuelos y nietos acompañados de sus respectivos cónyuges conviven en una comunidad que puede superar los 100 habitantes. El miembro varón mas viejo de la familia cumple el rol de jefe de la aldea y es conocido con el nombre de “Gina Bana”. El es el encargado de gobernar su asentamiento y solucionar los conflictos que pudieran surgir entre sus habitantes, oficiando el papel de juez. Además representa a su aldea en el Consejo De Ancianos, el cual no es mas que una reunión entre los “Gina Banas” vecinos con el fin de debatir asuntos relacionados a la comunidad .
Dentro de este Consejo de Ancianos, destaca el miembro de mas edad, el cual además, debe ser descendiente de sangre de alguno de los patriarcas que hace cientos de años guiaron al pueblo Dogón en su éxodo desde el Río Níger hasta las escarpadas laderas de Bandiagara. Este hombre lleva el grado de Hogón y es el jefe supremo de la comunidad. (Entiendase como comunidad al conjunto de aldeas que se levantan en torno a un manantial o vertiente).
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El Hogón, es una personalidad sagrada relacionada con el culto a “Lebe” que viste llamativos atuendos y ocupa un puesto de privilegio en la sociedad. Suele habitar alguna de las aldeas que el gobierna, ocupando una vivienda decorada con figuras en bajo relieve. El Hogón es el jefe supremo de la sociedad Dogón y quien tiene la ultima palabra tanto en asuntos sociales como de convivencia.
Sin embargo existe una casta, en la que el Hogón no puede inmiscuirse, conocida con el nombre de Sociedad Awa. Esta cofradía esta conformada únicamente por miembros varones quienes cargan con la importante tarea de supervisar los festejos religiosos, controlar el culto a las mascaras y mantener la historia oral del pueblo Dogón. Cuando los asuntos religiosos pasan a formar parte de la agenda de las comunidades, los Hogones seden su puesto de mando a los miembros de la Sociedad Awa hasta que las ceremonias hayan concluido, momento en el cual el jefe original vuelve a su cargo. Lo Sociedad Awa es una agrupación misteriosa y secreta, que se mantiene aislada del resto de la sociedad. Incluso hablan su propio dialecto llamado “Lenguaje De Los Arbustos” y que solo ellos comprenden y dominan. No cualquiera puede formar parte de esta casta de enigmáticos sacerdotes. Los aspirantes son elegidos cuidadosamente desde niños, según su estirpe y su categoría (Hombres puros e impuros). Solo los hombres impuros, cuyas actividades se relacionan con la muerte, ya sea como sepultureros o los encargados del sacrificio de animales, pueden ocupar un lugar en la Sociedad Awa.
A su vez, dentro de la compleja sociedad Dogón existen grupos divididos según sus actividades. Así se diferencian los alfareros, artesanos, agricultores, curtidores de cuero, pastores e incluso músicos. Las actividades económicas mas importantes en la cultura Dogón son la herrería, los artesanos y la agricultura.
Si bien las áridas regiones del Sahel no son un área muy propicia para la agricultura, las tierras que rodean los cuerpos de agua brindan pequeños espacios donde es posible cultivar el suelo. Destacan los sembrados de ajo, cebollas y mijo con el cual elaboran una especie de cerveza muy apreciada por hombres y mujeres.
Los artesanos también tienen un papel importante en la sociedad. Estos son conocidos por el arte del tallado de mascaras, las cuales pueden ser confeccionadas utilizando madera, paja, tela o cualquier otro material. Estas mascaras tienen un papel importantísimo en los festejos religiosos.
Las estatuillas también forman parte de su cultura desde tiempos inmemoriales. Al contrario de nosotros, ellos no tallan estas esculturas para se exhibidas como un arte, sino que son destinadas a los hogares portando siempre alguna simbología. En los últimos años y debido a la “contaminación” que esta sufriendo el mundo Dogón a causa del excesivo contacto con turistas y visitantes, la talla de estas figuras se ha transformado en una actividad económica rentable. Hoy en día, en las aldeas mas visitadas, muchos de sus miembros se dedican a la confección de estos artículos para ser vendidos como Souvenirs a los turistas que llegan de todos los lugares del mundo.
Afortunadamente puede decirse que la cultura Dogón ha perdido poco de sus tradiciones originales. Son un pueblo altamente orgulloso de sus creencias y su cultura, y si bien son gente amable y pacifica, suelen mostrarse cerrados y poco comunicativos con los visitantes. No tienen reparos en que los forasteros visiten sus aldeas, incluso presencien y fotografíen sus rituales religiosos, pero son muy recelosos en cuanto se les pregunta sobre su cultura, religión y métodos de curación de sus chamanes.
Algo que suele ser fuertemente criticado de la cultura Dogón, es su costumbre a practicar al circuncisión, especialmente la femenina. En nuestra cultura la remoción del prepucio en los varones esta mas aceptada y suele ser común en algunas religiones como la judía. Por el contrario, la circuncisión femenina , suele ser intensamente rechazada.
Los Dogón extirpan tanto el prepucio de los niños varones como el clítoris de las niñas. Se suele afirmar que esta practica esta ligada a suprimir el placer sexual de las mujeres y de esa manera evitar las infidelidades, aunque esta afirmación es completamente falsa.
Los Dogón practican la circuncisión desde tiempos inmemoriales, aun antes de los tiempos del éxodo. Según sus creencias religiosas, los seres humanos nacemos con una parte femenina y una parte masculina. La parte femenina del hombre es el prepucio y la parte masculina de la mujer es el clítoris. De acuerdo con su dogma, la remoción de estos órganos obedece al afianzamiento de la sexualidad del individuo y su purificación.
Dentro de su historia religiosa también puede observarse esta practica. De hecho lo que ellos denominan “desorden universal” es el producto de una unión defectuosa entre el Dios Supremo Amma y la Madre Tierra. Según sus relatos religiosos, aquella unión sexual se vio truncada por la presencia del clítoris de la Madre Tierra, como resultado de esa copula imperfecta nació el Chacal, símbolo del desorden y la dificultad en el mundo. Luego de esta fallido acto sexual, el Dios Amma, al darse cuenta de su error, removió el clítoris de La Madre Tierra. Remendado el equivoco, tuvo lugar la primera unión sexual perfecta, de la cual nacieron las aguas que traen vida y alimentan a todas las criaturas de este mundo.
Es de esta milenaria creencia de donde proviene la practica de la circuncisión en la cultura Dogón, y no de un capricho humano con el propósito de quitarle placer a la mujer, como creen algunos
Si bien en los últimos años han surgido algunos movimientos, influenciados por culturas occidentales para abolir esta practica, la mayor parte de la sociedad Dogón continua con esta tradición milenaria. Particularmente siempre me opongo a pronunciarme sobre estos aspectos. Nuestras realidades y nuestros conceptos de lo que esta bien y lo que esta mal no necesariamente obedece a una verdad absoluta. Nuestra sociedad lleva a cabo autenticas barbaridades y al parecer no nos damos por enterados o preferimos ignorarlo. Siempre es mas sencillo mirar lo que hace el otro que criticarnos a nosotros mismos. Simplemente son culturas diferentes, realidades distintas pero eso no significa que están equivocados o que son producto de actos malvados o egoístas. Creo que la cultura occidental tiene que aprender a respetar otras creencias, que por mas que no las comprendamos y no las aceptemos, están ahí y son tan reales y validas como nuestra propia realidad.
Siguiendo el criterio del reproche, serian los propios Dogón los que pueden criticar nuestra sociedad y la manea que tenemos de relacionarnos entre nosotros. En la comunidad Dogón no existen los robos, no existen los suicidios, no existen las violaciones y no existen las guerras ni los asesinatos, simplemente porque ellos consideran La Vida como algo pleno. Detrás de lo que podemos considerar una sociedad primitiva, se esconde un pueblo que ha aprendido a convivir de una manera mucho mas armónica y pacifica que la que mostramos nosotros los occidentales. Si hay algo que repiten quienes han visitado alguna vez a los extraordinarios Dogón de Malí, es la alegría y la sencillez con la que ellos afrontan la vida. Si nosotros nos horrorizamos de la circuncisión femenina, imaginen por un momento, los infinitos motivos que tienen ellos para espantarse, si tan solo se enteraran del 10% de las cosas que suceden en nuestro mundo “Perfecto y Evolucionado”.
Si bien las áridas regiones del Sahel no son un área muy propicia para la agricultura, las tierras que rodean los cuerpos de agua brindan pequeños espacios donde es posible cultivar el suelo. Destacan los sembrados de ajo, cebollas y mijo con el cual elaboran una especie de cerveza muy apreciada por hombres y mujeres.
Los artesanos también tienen un papel importante en la sociedad. Estos son conocidos por el arte del tallado de mascaras, las cuales pueden ser confeccionadas utilizando madera, paja, tela o cualquier otro material. Estas mascaras tienen un papel importantísimo en los festejos religiosos.
Las estatuillas también forman parte de su cultura desde tiempos inmemoriales. Al contrario de nosotros, ellos no tallan estas esculturas para se exhibidas como un arte, sino que son destinadas a los hogares portando siempre alguna simbología. En los últimos años y debido a la “contaminación” que esta sufriendo el mundo Dogón a causa del excesivo contacto con turistas y visitantes, la talla de estas figuras se ha transformado en una actividad económica rentable. Hoy en día, en las aldeas mas visitadas, muchos de sus miembros se dedican a la confección de estos artículos para ser vendidos como Souvenirs a los turistas que llegan de todos los lugares del mundo.
Afortunadamente puede decirse que la cultura Dogón ha perdido poco de sus tradiciones originales. Son un pueblo altamente orgulloso de sus creencias y su cultura, y si bien son gente amable y pacifica, suelen mostrarse cerrados y poco comunicativos con los visitantes. No tienen reparos en que los forasteros visiten sus aldeas, incluso presencien y fotografíen sus rituales religiosos, pero son muy recelosos en cuanto se les pregunta sobre su cultura, religión y métodos de curación de sus chamanes.
Algo que suele ser fuertemente criticado de la cultura Dogón, es su costumbre a practicar al circuncisión, especialmente la femenina. En nuestra cultura la remoción del prepucio en los varones esta mas aceptada y suele ser común en algunas religiones como la judía. Por el contrario, la circuncisión femenina , suele ser intensamente rechazada.
Los Dogón extirpan tanto el prepucio de los niños varones como el clítoris de las niñas. Se suele afirmar que esta practica esta ligada a suprimir el placer sexual de las mujeres y de esa manera evitar las infidelidades, aunque esta afirmación es completamente falsa.
Los Dogón practican la circuncisión desde tiempos inmemoriales, aun antes de los tiempos del éxodo. Según sus creencias religiosas, los seres humanos nacemos con una parte femenina y una parte masculina. La parte femenina del hombre es el prepucio y la parte masculina de la mujer es el clítoris. De acuerdo con su dogma, la remoción de estos órganos obedece al afianzamiento de la sexualidad del individuo y su purificación.
Dentro de su historia religiosa también puede observarse esta practica. De hecho lo que ellos denominan “desorden universal” es el producto de una unión defectuosa entre el Dios Supremo Amma y la Madre Tierra. Según sus relatos religiosos, aquella unión sexual se vio truncada por la presencia del clítoris de la Madre Tierra, como resultado de esa copula imperfecta nació el Chacal, símbolo del desorden y la dificultad en el mundo. Luego de esta fallido acto sexual, el Dios Amma, al darse cuenta de su error, removió el clítoris de La Madre Tierra. Remendado el equivoco, tuvo lugar la primera unión sexual perfecta, de la cual nacieron las aguas que traen vida y alimentan a todas las criaturas de este mundo.
Es de esta milenaria creencia de donde proviene la practica de la circuncisión en la cultura Dogón, y no de un capricho humano con el propósito de quitarle placer a la mujer, como creen algunos
Si bien en los últimos años han surgido algunos movimientos, influenciados por culturas occidentales para abolir esta practica, la mayor parte de la sociedad Dogón continua con esta tradición milenaria. Particularmente siempre me opongo a pronunciarme sobre estos aspectos. Nuestras realidades y nuestros conceptos de lo que esta bien y lo que esta mal no necesariamente obedece a una verdad absoluta. Nuestra sociedad lleva a cabo autenticas barbaridades y al parecer no nos damos por enterados o preferimos ignorarlo. Siempre es mas sencillo mirar lo que hace el otro que criticarnos a nosotros mismos. Simplemente son culturas diferentes, realidades distintas pero eso no significa que están equivocados o que son producto de actos malvados o egoístas. Creo que la cultura occidental tiene que aprender a respetar otras creencias, que por mas que no las comprendamos y no las aceptemos, están ahí y son tan reales y validas como nuestra propia realidad.
Siguiendo el criterio del reproche, serian los propios Dogón los que pueden criticar nuestra sociedad y la manea que tenemos de relacionarnos entre nosotros. En la comunidad Dogón no existen los robos, no existen los suicidios, no existen las violaciones y no existen las guerras ni los asesinatos, simplemente porque ellos consideran La Vida como algo pleno. Detrás de lo que podemos considerar una sociedad primitiva, se esconde un pueblo que ha aprendido a convivir de una manera mucho mas armónica y pacifica que la que mostramos nosotros los occidentales. Si hay algo que repiten quienes han visitado alguna vez a los extraordinarios Dogón de Malí, es la alegría y la sencillez con la que ellos afrontan la vida. Si nosotros nos horrorizamos de la circuncisión femenina, imaginen por un momento, los infinitos motivos que tienen ellos para espantarse, si tan solo se enteraran del 10% de las cosas que suceden en nuestro mundo “Perfecto y Evolucionado”.
Uno de sus aspectos mas interesantes de este pueblo de Sahel, son creencias religiosas y los ritos que las envuelve y que han cautivado a antropólogos del mundo entero.
Si su sociedad aparenta ser compleja, mas aun es su religión.
La mayor parte del pueblo Dogón practica un dogma de características animistas, es decir que adoran objetos y elementos naturales como el agua, la tierra, las cosechas. Luego de la invasión árabe al Sahara, algunos se han transformado al islamismo, incluso en los últimos tiempos, unos pocos han adoptado el cristianismo como religión. Afortunadamente, la amplia mayoría del pueblo Dogón permanece con sus creencias originales intactas.
La deidad suprema de los Dogón, se conoce con el nombre de Amma y es el Dios creador de todo lo existente y a quien se le brindan el mayor culto. Otras deidades reconocidas y altamente veneradas son Lebe, la Madre Tierra y Binu que representa los lazos entre las personas. Los antiguos patriarcas Aron, Ono, Domno y Dijon , tienen también carácter sagrado.
Anualmente se celebran numerosas fiestas para honrar a las deidades y antepasados muertos, estos rituales forman una parte importante de la tradición Dogón y se caracterizan por el uso de elaboradas mascaras que son utilizadas durante las celebraciones. Cada fiesta religiosa tiene un tipo de mascara diferente, especialmente tallada y decorada para honrar a alguno de sus dioses.
Quizás la fiesta mas importante de la cultura Dogón sea la celebración de Sigi, la cual se realiza una vez cada 50 años. Esta festividad, tan asombrosa como misteriosa, ha sorprendido a antropólogos y etnólogos del mundo entero, poniendo a los Dogón en primera plana de libros y otras publicaciones de divulgación científica.
Sin duda alguna, la celebración de Sigi y su relación con el cosmos es uno de los enigmas mas apasionantes del continente africano.
Si su sociedad aparenta ser compleja, mas aun es su religión.
La mayor parte del pueblo Dogón practica un dogma de características animistas, es decir que adoran objetos y elementos naturales como el agua, la tierra, las cosechas. Luego de la invasión árabe al Sahara, algunos se han transformado al islamismo, incluso en los últimos tiempos, unos pocos han adoptado el cristianismo como religión. Afortunadamente, la amplia mayoría del pueblo Dogón permanece con sus creencias originales intactas.
La deidad suprema de los Dogón, se conoce con el nombre de Amma y es el Dios creador de todo lo existente y a quien se le brindan el mayor culto. Otras deidades reconocidas y altamente veneradas son Lebe, la Madre Tierra y Binu que representa los lazos entre las personas. Los antiguos patriarcas Aron, Ono, Domno y Dijon , tienen también carácter sagrado.
Anualmente se celebran numerosas fiestas para honrar a las deidades y antepasados muertos, estos rituales forman una parte importante de la tradición Dogón y se caracterizan por el uso de elaboradas mascaras que son utilizadas durante las celebraciones. Cada fiesta religiosa tiene un tipo de mascara diferente, especialmente tallada y decorada para honrar a alguno de sus dioses.
Quizás la fiesta mas importante de la cultura Dogón sea la celebración de Sigi, la cual se realiza una vez cada 50 años. Esta festividad, tan asombrosa como misteriosa, ha sorprendido a antropólogos y etnólogos del mundo entero, poniendo a los Dogón en primera plana de libros y otras publicaciones de divulgación científica.
Sin duda alguna, la celebración de Sigi y su relación con el cosmos es uno de los enigmas mas apasionantes del continente africano.
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La relación entre los Dogón y el cosmos, paso prácticamente desapercibida del mundo occidental hasta la década del 30, cuando el explorador de origen francés Marcel Griaule, se lanza en una expedición a través de África partiendo desde Yibuti con destino Dakar. Esta ambiciosa empresa tenia como objetivo recorrer la franja de sabanas que dividen el desierto del Sahara con África Negra para indagar acerca de las etnias que habitan en la región.
Luego de varios meses de marcha por la franja del Sahel, el antropólogo francés llegó a los escarpados acantilados de Bandiagara donde por primera vez entró en contacto con el pueblo Dogón. Si bien es cierto que no fue el primer hombre blanco en identificar a esta tribu, si fue pionero en entablar un contacto estrecho y de confianza con ellos.
Dado el hermetismo de la sociedad Dogón, a Griaule no le fue nada fácil ganarse la confianza de este pueblo. Sin embargo tras convivir meses con ellos y repetir su visita a la misma aldea en muchas ocasiones, el francés se transformo en una personalidad importante entre el pueblo Dogón. Incluso cuando Griaule murió en 1956 y la noticia llego a oídos de sus amigos africanos, estos organizaron un funeral simbólico, siguiendo los ritos tradicionales de su cultura, para honrar la memoria de su gran amigo.
Griaule se gano la confianza de los Dogón como nadie lo ha hecho en la historia y gracias a ello pudo obtener muchos conocimientos que otros antropólogos jamás han logrado.
Los estudios y los escritos publicados por Griaule luego de su permanencia con los Dogón, fueron los que sorprendieron al mundo entero.
Luego de varias visitas y meses conviviendo con esta extraordinaria etnia del Sahel, Griaule entablo amistad con un prestigioso miembro de la tribu llamado Ogotemmeli, un ex cazador retirado debido a una ceguera total que lo afectaba.
Fue Ogotemmeli quien le rebeló muchos de los secretos de la religión y la cosmología de su cultura, algo que dejo perplejo tanto al propio Griaule como a otros estudiosos de la época que tuvieron acceso a sus escritos.
El francés se encontraba estudiando la famosa celebración de Sigi y su relación con una gran mascara especialmente confeccionada para ese importante evento. Estas mascaras una vez terminada la festividad se guardan en sitios especialmente asignados. Gracias a ello no es difícil saber cuantas celebraciones Sigi han tenido lugar en la historia Dogón. Si se utiliza una gran mascara por cada fiesta Sigi cada 50 años, con solo contar las mascaras almacenadas se puede obtener un calculo aproximado de la antigüedad de este rito sagrado. Griaule pudo constatar que la fiesta de Sigi data de tiempos anteriores al nacimiento de Cristo, y se estima que la ultima celebración sucedida en 1967 fue la 34 edición de este importante evento.
Esto no resulta en absoluto sorprendente, si no fuera por el hecho que los Dogón, celebran la fiesta de Sigi en relación a la orbita de una estrella muy lejana a nuestro planeta llamada Sirius. La realidad es que la observación de Sirius no representa complicación alguna. Al tratarse de una de las estrellas mas brillante del cielo nocturno, no hace falta ningún telescopio ni otro medio óptico para contemplar a este cuerpo celeste,.
Los Dogón conocen a Sirius con el nombre de Tolo Sigu (Estrella de Sigi).
Hasta aquí todo es muy fácil de explicar y comprender, sin embargo Griaule pudo constatar por propia boca de sus amigos Dogón, que la fiesta de Sigi se celebra de acuerdo a la orbita de 50 años que otra estrella de menor tamaño realiza alrededor de Sirius. La ciencia la conoce como Sirius B y que los Dogón la llaman Po Tolo (Estrella digitaria). Lo asombroso radica en que es completamente imposible observar a Sirius B sin la ayuda de un telescopio, y mas aun adivinar el tiempo que tarda en completar una orbita completa alrededor de Sirius. Inexplicablemente los Dogón, no solamente conocen la presencia de Sirius B, sino también el tiempo que demora en realizar la orbita alrededor de Sirius y en la cual esta basada su festividad mas importante, el Sigi. Incluso la descripción que dan los Dogón de Sirius B se aproxima increíblemente a las características que astrónomos le dan a esta estrella. Los Dogón la describen como un pequeño cuerpo celeste que a pesar de su tamaño reducido goza de un increíble peso, una descripción que se aproxima mucho a las características de las “Enanas Blancas”. Y efectivamente Sirius B es una enana blanca.
Pero lo sorprendente del asunto aun va mas allá. Los Dogón además de conocer la existencia de Sirius A y Sirius B orbitando a su alrededor, reconocen otra estrella dentro del sistema a la que ellos denominan Emme Ya (Sorgo hembra), y que no fue descubierta por la ciencia moderna hasta 1995. Insólitamente, los Dogón saben que Sirius es un sistema triple desde hace ya cientos de años, algo que la ciencia descubrió recién a finales del siglo 20.
Además de las características del sistema Sirius, esta tribu describe a la luna como un sitio sin vida e inerte, algo que si bien la ciencia ya sospechaba desde el siglo 19, no fue corroborado hasta que los soviéticos lograron alunizar por primera vez con la sonda no tripulada Lunik 9 en 1966. Los Dogón también conocen la conformación de nuestro sistema solar, la forma espiralada de nuestra galaxia, los anillos de saturno y las cuatro lunas mas importantes de Júpiter descubiertas por Galileo Galilei en 1610: Europa, Ganímedes, Lo y Calisto. Si bien actualmente la ciencia ha identificado 63 satélites alrededor de Júpiter, son estos cuatro los mas grandes y semejantes a la luna terráquea. El resto no son mas que trozos de roca sólida y amorfa de modestas dimensiones
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En los últimos años y ante la falta de solidez de la teoría que establece que los Dogón obtuvieron sus conocimientos por parte de algún misionero que los visito y les transmitió esa información antes de la década del 30, los científicos modernos han encontrado una nueva explicación que establece que Griaule ha mentido en todo. Es decir, que toda la cosmología Dogón no es mas que un invento del francés para hacerse famoso, aunque esto tampoco logra explicar bien el enigma de Sirius C ni la presencia de mascaras que probarían que la fiesta de Sigi se lleva celebrando hace cientos de años.
Como se quiera ver, la cultura Dogón y su cosmología aun hoy siguen siendo un absoluto e inexplicable misterio, a pesar que la arrogancia de la ciencia les impida reconocerlo.
Nadie sabe a ciencia cierta, como este pueblo del Sahel, ha obtenido sus conocimientos. ¿Un monje? ¿Un misionero? ¿Un invento de Griaule? ¿Seres de otros mundos? ¿Casualidad?
Aun no hay una respuesta sólida a esas preguntas, las cuales han transformado a los Dogón en una de las tribus mas enigmáticas no solo del continente africano sino también del mundo entero.
Fue Ogotemmeli quien le rebeló muchos de los secretos de la religión y la cosmología de su cultura, algo que dejo perplejo tanto al propio Griaule como a otros estudiosos de la época que tuvieron acceso a sus escritos.
El francés se encontraba estudiando la famosa celebración de Sigi y su relación con una gran mascara especialmente confeccionada para ese importante evento. Estas mascaras una vez terminada la festividad se guardan en sitios especialmente asignados. Gracias a ello no es difícil saber cuantas celebraciones Sigi han tenido lugar en la historia Dogón. Si se utiliza una gran mascara por cada fiesta Sigi cada 50 años, con solo contar las mascaras almacenadas se puede obtener un calculo aproximado de la antigüedad de este rito sagrado. Griaule pudo constatar que la fiesta de Sigi data de tiempos anteriores al nacimiento de Cristo, y se estima que la ultima celebración sucedida en 1967 fue la 34 edición de este importante evento.
Esto no resulta en absoluto sorprendente, si no fuera por el hecho que los Dogón, celebran la fiesta de Sigi en relación a la orbita de una estrella muy lejana a nuestro planeta llamada Sirius. La realidad es que la observación de Sirius no representa complicación alguna. Al tratarse de una de las estrellas mas brillante del cielo nocturno, no hace falta ningún telescopio ni otro medio óptico para contemplar a este cuerpo celeste,.
Los Dogón conocen a Sirius con el nombre de Tolo Sigu (Estrella de Sigi).
Hasta aquí todo es muy fácil de explicar y comprender, sin embargo Griaule pudo constatar por propia boca de sus amigos Dogón, que la fiesta de Sigi se celebra de acuerdo a la orbita de 50 años que otra estrella de menor tamaño realiza alrededor de Sirius. La ciencia la conoce como Sirius B y que los Dogón la llaman Po Tolo (Estrella digitaria). Lo asombroso radica en que es completamente imposible observar a Sirius B sin la ayuda de un telescopio, y mas aun adivinar el tiempo que tarda en completar una orbita completa alrededor de Sirius. Inexplicablemente los Dogón, no solamente conocen la presencia de Sirius B, sino también el tiempo que demora en realizar la orbita alrededor de Sirius y en la cual esta basada su festividad mas importante, el Sigi. Incluso la descripción que dan los Dogón de Sirius B se aproxima increíblemente a las características que astrónomos le dan a esta estrella. Los Dogón la describen como un pequeño cuerpo celeste que a pesar de su tamaño reducido goza de un increíble peso, una descripción que se aproxima mucho a las características de las “Enanas Blancas”. Y efectivamente Sirius B es una enana blanca.
Pero lo sorprendente del asunto aun va mas allá. Los Dogón además de conocer la existencia de Sirius A y Sirius B orbitando a su alrededor, reconocen otra estrella dentro del sistema a la que ellos denominan Emme Ya (Sorgo hembra), y que no fue descubierta por la ciencia moderna hasta 1995. Insólitamente, los Dogón saben que Sirius es un sistema triple desde hace ya cientos de años, algo que la ciencia descubrió recién a finales del siglo 20.
Además de las características del sistema Sirius, esta tribu describe a la luna como un sitio sin vida e inerte, algo que si bien la ciencia ya sospechaba desde el siglo 19, no fue corroborado hasta que los soviéticos lograron alunizar por primera vez con la sonda no tripulada Lunik 9 en 1966. Los Dogón también conocen la conformación de nuestro sistema solar, la forma espiralada de nuestra galaxia, los anillos de saturno y las cuatro lunas mas importantes de Júpiter descubiertas por Galileo Galilei en 1610: Europa, Ganímedes, Lo y Calisto. Si bien actualmente la ciencia ha identificado 63 satélites alrededor de Júpiter, son estos cuatro los mas grandes y semejantes a la luna terráquea. El resto no son mas que trozos de roca sólida y amorfa de modestas dimensiones
Griaule sorprendido ante los conocimientos de un pueblo que era considerado “primitivo” se propuso averiguar de donde los Dogón habían obtenido estos datos. Después de mucho investigar, entrevistarse y dialogar, ellos mismos le rebelaron parte de su historia la cual se transmite oralmente de generación a generación entre los miembros de la tribu.
En estos testimonios, los Dogón narran que hace unos 1000 años, llego a la región una estrella a plena luz del día a la que llamaron Ie Pelu Tolo (Estrella de la décima luna). Cuando la estrella estuvo cerca del suelo pudieron ver que tenia una forma de pirámide y una serie de luces rojas y blancas que destellaban y producían un ruido ensordecedor. Del interior de la estrella surgieron ocho seres con cuerpo de pez a los que los Dogón conocen con el nombre de Nommos y a los que aun hoy se les rinde culto al considerarlos importantes entidades sagradas. Fueron estos Nommos quienes les enseñaron la técnicas para cultivar la tierra, la cría de ganado, y les transmitieron sus conocimientos acerca del universo, Júpiter y el triple sistema de Sirius.
En estos testimonios, los Dogón narran que hace unos 1000 años, llego a la región una estrella a plena luz del día a la que llamaron Ie Pelu Tolo (Estrella de la décima luna). Cuando la estrella estuvo cerca del suelo pudieron ver que tenia una forma de pirámide y una serie de luces rojas y blancas que destellaban y producían un ruido ensordecedor. Del interior de la estrella surgieron ocho seres con cuerpo de pez a los que los Dogón conocen con el nombre de Nommos y a los que aun hoy se les rinde culto al considerarlos importantes entidades sagradas. Fueron estos Nommos quienes les enseñaron la técnicas para cultivar la tierra, la cría de ganado, y les transmitieron sus conocimientos acerca del universo, Júpiter y el triple sistema de Sirius.
Cuando Griaule regresó a Europa con toda esta información causo un gran revuelo entre los hombres de ciencia de la época. Inmediatamente surgieron defensores de la mitología Dogón que confiaban en los escritos de Griaule al pie de la letra y también un gran numero de retractores, casi todos ellos pertenecientes a la comunidad científica.
Los científicos han pretendido dar una explicación terrenal a los conocimientos del pueblo Dogón, al cual ellos consideran una tribu atrasada y confinada en las estériles tierras del sur del Sahara. Ellos establecen que todos los conocimientos que poseen los Dogón no difieren mucho de los que tenia la ciencia al momento que Griaule realizo sus estudios. Aunque esto no es del todo cierto, ya que la ciencia no supo de la existencia de Sirio C hasta la década de los 90, sesenta años después de la expedición del francés al País Dogón. Ante esta afirmación los científicos argumentan que si bien la ciencia no tuvo confirmación sobre la presencia de Sirius C hasta 1995, su existencia era un hecho que unos pocos astrónomos de principio de siglo ya sospechaban, lo que probaría que los Dogón han obtenido sus conocimientos de algún misionero que los visitó antes que la expedición de Griaule y que pudo transmitirle estos conocimientos. Esa, según la ciencia seria la respuesta “lógica y terrenal” a los conocimientos de los Dogón.
Lo que yo me pregunto es ¿Cual es la posibilidad de que un monje de grandes conocimientos astronómicos se haya estado paseando por las remotas tierras del Sahel a principios del siglo XX, narrándole a cada tribu que encontraba en su camino sobre la posibilidad de que Sirius sea un sistema triple?.
Realmente viéndolo así la explicación de la ciencia suena tan ridícula como las teorías de los enanitos verdes que llegan en un plato volador.
Es cierto, la explicación científica es totalmente terrenal, pero para mi punto de vista absolutamente carente de lógica. Con el mismo criterio y para plantearlo de otra manera: Terrenalmente es posible que una noche de domingo veamos a un repartidor de pizzas hacer las entregas a bordo de un Mclaren de Formula 1. Como posible, es posible, pero las chances de encontrarnos ante semejante escena es prácticamente nula. Creo que es mas fácil ver un fantasma que a un “Tele Pizza” en un monoplaza de competición. De hecho conozco alguna gente que dice haber vivido una experiencia paranormal pero a nadie que haya visto a un “pizza delivery” hacer su trabajo a bordo de un Formula 1.
La teoría científica del monje astrónomo que reparte conocimientos sobre el universo entre las tribus de África a principios de siglo, para mi no es mucho mas lógica que los que defienden la teoría de los visitantes del espacio.
Creo que uno de los grandes problemas de la ciencia moderna es la tremenda arrogancia con la cual intentan explicar fenómenos que desconocen, a veces utilizando teorías que rozan el ridículo. La ciencia se equivoca, lo hace actualmente y lo ha hecho a lo largo de toda su historia. Basta con recordar sus afirmaciones sobre la tierra como el centro del universo, o que la basura generaban ratones que nacen de la propia suciedad. Eso sin contar los numerosos errores que se cometen en la industria farmacéutica y que suelen costar muchas vidas, victimas de fármacos fallidos. Particularmente me encanta la ciencia, vivo leyendo artículos de divulgación que realmente me apasionan, pero en ocasiones la arrogancia con la cual intentan echar por tierra eventos que no pueden explicar, me irrita profundamente.
Con eso no quiero decir que los Dogón fueron visitados por gente del espacio. Los ufólogos y los defensores de las teorías conspiranoicas y ufológicas también hacen de las suyas, inventando pruebas o tergiversando hechos reales.
Lo que si es cierto es que la manera con la que los Dogón obtuvieron sus increíbles conocimientos es aun es un misterio absoluto. Si se observa en otros pueblos de la antigüedad, los Dogón, no son un ejemplo aislado, Mitologías semejantes pueden encontrarse en otras culturas pasadas como los Sumerios, los Incas, los Mayas y los Egipcios.
Los científicos han pretendido dar una explicación terrenal a los conocimientos del pueblo Dogón, al cual ellos consideran una tribu atrasada y confinada en las estériles tierras del sur del Sahara. Ellos establecen que todos los conocimientos que poseen los Dogón no difieren mucho de los que tenia la ciencia al momento que Griaule realizo sus estudios. Aunque esto no es del todo cierto, ya que la ciencia no supo de la existencia de Sirio C hasta la década de los 90, sesenta años después de la expedición del francés al País Dogón. Ante esta afirmación los científicos argumentan que si bien la ciencia no tuvo confirmación sobre la presencia de Sirius C hasta 1995, su existencia era un hecho que unos pocos astrónomos de principio de siglo ya sospechaban, lo que probaría que los Dogón han obtenido sus conocimientos de algún misionero que los visitó antes que la expedición de Griaule y que pudo transmitirle estos conocimientos. Esa, según la ciencia seria la respuesta “lógica y terrenal” a los conocimientos de los Dogón.
Lo que yo me pregunto es ¿Cual es la posibilidad de que un monje de grandes conocimientos astronómicos se haya estado paseando por las remotas tierras del Sahel a principios del siglo XX, narrándole a cada tribu que encontraba en su camino sobre la posibilidad de que Sirius sea un sistema triple?.
Realmente viéndolo así la explicación de la ciencia suena tan ridícula como las teorías de los enanitos verdes que llegan en un plato volador.
Es cierto, la explicación científica es totalmente terrenal, pero para mi punto de vista absolutamente carente de lógica. Con el mismo criterio y para plantearlo de otra manera: Terrenalmente es posible que una noche de domingo veamos a un repartidor de pizzas hacer las entregas a bordo de un Mclaren de Formula 1. Como posible, es posible, pero las chances de encontrarnos ante semejante escena es prácticamente nula. Creo que es mas fácil ver un fantasma que a un “Tele Pizza” en un monoplaza de competición. De hecho conozco alguna gente que dice haber vivido una experiencia paranormal pero a nadie que haya visto a un “pizza delivery” hacer su trabajo a bordo de un Formula 1.
La teoría científica del monje astrónomo que reparte conocimientos sobre el universo entre las tribus de África a principios de siglo, para mi no es mucho mas lógica que los que defienden la teoría de los visitantes del espacio.
Creo que uno de los grandes problemas de la ciencia moderna es la tremenda arrogancia con la cual intentan explicar fenómenos que desconocen, a veces utilizando teorías que rozan el ridículo. La ciencia se equivoca, lo hace actualmente y lo ha hecho a lo largo de toda su historia. Basta con recordar sus afirmaciones sobre la tierra como el centro del universo, o que la basura generaban ratones que nacen de la propia suciedad. Eso sin contar los numerosos errores que se cometen en la industria farmacéutica y que suelen costar muchas vidas, victimas de fármacos fallidos. Particularmente me encanta la ciencia, vivo leyendo artículos de divulgación que realmente me apasionan, pero en ocasiones la arrogancia con la cual intentan echar por tierra eventos que no pueden explicar, me irrita profundamente.
Con eso no quiero decir que los Dogón fueron visitados por gente del espacio. Los ufólogos y los defensores de las teorías conspiranoicas y ufológicas también hacen de las suyas, inventando pruebas o tergiversando hechos reales.
Lo que si es cierto es que la manera con la que los Dogón obtuvieron sus increíbles conocimientos es aun es un misterio absoluto. Si se observa en otros pueblos de la antigüedad, los Dogón, no son un ejemplo aislado, Mitologías semejantes pueden encontrarse en otras culturas pasadas como los Sumerios, los Incas, los Mayas y los Egipcios.
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En los últimos años y ante la falta de solidez de la teoría que establece que los Dogón obtuvieron sus conocimientos por parte de algún misionero que los visito y les transmitió esa información antes de la década del 30, los científicos modernos han encontrado una nueva explicación que establece que Griaule ha mentido en todo. Es decir, que toda la cosmología Dogón no es mas que un invento del francés para hacerse famoso, aunque esto tampoco logra explicar bien el enigma de Sirius C ni la presencia de mascaras que probarían que la fiesta de Sigi se lleva celebrando hace cientos de años.
Como se quiera ver, la cultura Dogón y su cosmología aun hoy siguen siendo un absoluto e inexplicable misterio, a pesar que la arrogancia de la ciencia les impida reconocerlo.
Nadie sabe a ciencia cierta, como este pueblo del Sahel, ha obtenido sus conocimientos. ¿Un monje? ¿Un misionero? ¿Un invento de Griaule? ¿Seres de otros mundos? ¿Casualidad?
Aun no hay una respuesta sólida a esas preguntas, las cuales han transformado a los Dogón en una de las tribus mas enigmáticas no solo del continente africano sino también del mundo entero.
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