Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

30 ene 2011

sandokai

roca y arena parecen diferentes ...
en realidad no lo son ..
Sandokai.


La armonía entre diferencia e identidad.

El espíritu del Gran Sabio de la India se ha transmitido íntimamente de oeste a este.

Hay diferencias entre las capacidades de los seres humanos más o menos acusadas, pero en la vía no hay ni patriarca del norte, ni patriarca del sur.

La fuente espiritual brilla claramente en la luz; los afluentes fluyen en la oscuridad. El apego a los fenómenos es causa de ilusión pero la unión con la identidad, no es todavía el despertar. Todos los objetos de los sentidos están en interacción y sin embargo no lo están.

La interacción aumenta la solidaridad, sin ella cada objeto permanece en su posición.

Los objetos visuales varían tanto en calidad como en forma. Los sonidos tanto son agradables como desagradables.

En la oscuridad pureza e impureza se confunden. En la claridad pureza e impureza se distinguen.

Los cuatro elementos vuelven a su naturaleza como un niño vuelve a su madre. El fuego calienta, el viento se mueve, el agua moja, la tierra es sólida.

Ojo y visión, oído y sonidos, nariz y olfato, lengua y sabor; es de la misma forma para todo lo que existe; según sus raíces, las hojas se desarrollan. El tronco y las ramas comparten la misma esencia, noble y vulgar solamente son palabras.

En la luz existe la oscuridad, pero no veáis la oscuridad como oscuridad.

En la oscuridad existe la luz, pero no veáis la luz como luz.

La luz y la oscuridad difieren como el pie de delante y el pie de atrás cuando andamos. Todas las cosas expresan su mérito según su función y su lugar. Existen como fenómenos y se corresponden como la caja y su tapa.

Se armonizan con el principio como el encuentro de dos puntas de flecha.

Escuchando las palabras comprendéis el sentido, no creéis vuestras propias categorías. Si no comprendéis la vía que se encuentra bajo vuestros pies, ¿cómo vais a conocer el camino por el que vais? Cuando avanzamos en la práctica, no es cuestión de próximo o lejano, pero la confusión crea obstáculos como montañas y ríos.

Vosotros que buscáis la vía, os lo ruego, no dejéis pasar en vano los días y las noches.

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