Santo Bistami y el Hombre de Inmerecida Reputación de Piadoso
IRSHAD, Sheikh Muzaffer Ozak
En cierto país, vivía un hombre con una gran reputación de piadoso y devoto. Asumiendo que esa reputación era merecida, un hombre que intentaba realizar el Peregrinaje a Meca, se acercó a él y le confió a la hija para su cuidado.
Luego se unió a la caravana de peregrinos y partió hacia el Hijaz, la parte de Arabia donde se encuentra la sagrada ciudad de Meca.
Cuando hubieron pasado unos pocos días, el maldito Satanás tentó al pobre hombre a aprovecharse de la chica encomendada a su cuidado. Luego de una prolongada lucha con sus pasiones, el hombre finalmente sucumbió y desfloró a la desafortunada muchacha. Sintió remordimiento cuando el hecho había sido consumado, pero ya era muy tarde. Preguntándose a si mismo que le diría al padre a su regreso del Peregrinaje, y como volvería a mirar a alguien a los ojos, comenzó a maldecirse a si mismo, llorando, gimiendo, tratando de arrepentirse y buscando el perdón. Pero en despecho de todo esto, no encontraba salida a su situación. Estaba lejos de corregir el mal que había hecho, y sin esperanza y deprimido, confió su horrible secreto a un hombre erudito. No podía mezclarse libremente entre la gente como solía hacerlo, ya que sentía vergüenza de que lo vean en público. La causa de su desgracia era su destreza de haberse hecho pasar por un hombre piadoso y devoto, cuando su carácter no era verdaderamente perfecto. A pesar de que estaba dominado por su baja naturaleza, él había dado la impresión de haber vencido sus pasiones.
Como un camino por el cual él pudiera escapar de esta calamidad, el sabio erudito a quién había consultado, le aconsejó casarse con la chica que había deshonrado, asignarle a ella una parte de sus riquezas y luego exiliarse por un tiempo. Mientras tanto, se pondría a si mismo bajo la enseñanza de un santo, de modo de aprender verdaderamente el auto control.
Este santo, le dijo el erudito, vivía en la ciudad de Bistam y se llamaba Santo Abu Yazid. "Ve y preséntate ante él. Sólo él es capaz de entrenarte, enseñarte el auto control y transformarte en el hombre que meramente pareces ser ahora".
El pobre hombre desposó a su protegida, le dio la mitad de su dinero, y luego la divorció antes de partir a la ciudad de Bistam. En cada parada de su viaje, él respondía lo siguiente a todos aquellos que le preguntaban de donde era y hacia donde iba:
"Me han dicho que en Bistam vive un santo de nombre Abu Yazid al Bistami y voy a visitarlo". El veía que muchos con los que hablaba criticaban a este venerable santo, pero esto no lo hizo cambiar de opinión respecto de su búsqueda.
Cuando eventualmente llegó a Bistam, se sorprendió al escuchar que muchos de sus habitantes atacaban verbalmente contra el venerable Sheikh al cual debía encontrar. "Allah, Allah", él profería, "He escuchado a un demonio por cuarenta años. Ahora he tenido mi escarmiento y he pagado un alto precio. En mi camino hacia aquí, no he oído una sola buena palabra acerca de esta persona la cual me recomendaron que buscara. Ahora veo que incluso sus conciudadanos hablan pestes de él. Todo esto se ve muy raro, pero al menos debo verlo una vez".
Con estos pensamientos rondando su cabeza, comenzó a preguntar donde vivía el venerable Abu Yazid al-Bistami.. La casa se encontraba en las afueras de la ciudad y estaba realmente exhausto cuando llegó al lugar. Comenzó a mirar alrededor ; y que es lo que vio?. Un radiante individuo de barba blanca sentado al lado de una hermosa y excepcionalmente bella chica, quien le estaba dando algo de beber de un vaso que ella misma sostenía.
A la vista de todo esto, se auto convenció de que todas las cosas que le habían dicho debían ser verdad. Allí decidió que no había razón para el encuentro después de todo, pero justo cuando se estaba alejando de la puerta, el venerable Sheikh se paró y la abrió, llamándolo por su nombre.
Siendo un extraño en una ciudad donde nadie lo conocía, el hombre estaba muy asombrado de oír a alguien llamándolo por su nombre. Lleno de curiosidad, se acercó nuevamente. El radiante individuo, a quién acababa de ver bebiendo de un vaso sostenido por una joven chica, ahora lo estaba invitando a entrar, diciéndole con una sonrisa:
"Tú querías verme. Habiéndote causado tanta dificultad el llegar hasta acá, sería difícil para ti irte sin haberte encontrado conmigo!".
Aún habiéndole dado la bienvenida como un honorable invitado, el hombre se sentó clavando su mirada en el barril y el vaso, tratando de entender lo que había visto. Advirtiendo esto, el venerable Sheikh decidió mandar las sospechas de su invitado a descansar. "Por qué mantienes fija tu mirada en ese barril?" le preguntó y luego agregó: "Esta casa pertenecía a un Zoroastra. Cuando se la compré, había vino en ese barril que ves allí. Convertí el vino en vinagre y lo doné y ahora tengo agua ".
Pero recordando la escena que había visto antes, el pobre amigo comenzó a pensar para si: "Una buena explicación, pero que acerca de la hermosa mujer y lo que le estaba dando de beber no hace mucho?".
El venerable Sheikh pareció haber leído los pensamientos, por lo que se enfureció, su rostro se sonrojó y la vena en su frente sobresalió, mientras decía con dura voz: "La chica que has visto es mi hija!".
El hombre estaba completa y terriblemente avergonzado de sus pensamientos malignos. Se arrojó a los pies del Sheikh, mientras clamaba: "Perdóneme, amable señor, se lo ruego! En todo el viaje hasta aquí, y luego en el momento de haber arribado a la ciudad, no he oído sino indignas insinuaciones contra ti. He sido influenciado en mi mente pero las cosas malas que he escuchado. Perdona mi curiosidad, pero por qué no dejas que la gente sepa lo realmente inocente que eres? Por qué no reparas tu mismo estas ofensas?".
Con calmada dignidad, el venerable Sheikh respondió:
"Yo no estoy seguro de mi mismo. Suponte que me doy a mi mismo una reputación de piadoso y puro, y mis hermanos en Islam me confían sus hijas para su cuidado mientras ellos realizan el Peregrinaje. ¿Que sucedería si traiciono esa confianza y luego tengo que andar deambulando por la tierra en busca de la cura para mi sufrimiento?".
Tal era el carácter del venerable Abu Yazid al-Bistami. En cuanto a aquellos que se equiparan a si mismos con tales dignos Amigos de Allah, sin haber corregido sus propias faltas y antes de haber llegado a la fe, el Shaytan (Diablo) en persona se entretiene ante su propia auto decepción.
Se dice que una gallina una vez se ilusionó con la idea de poner un huevo tan grande como el de un ganso. Se esforzó tanto en poner su imaginario huevo que finalmente explotó.
La gente generalmente habla pestes de los Santos de Allah, sin embargo ellos nunca se lamentan acerca de este vulgar maltrato y abuso.
Estando con sus Amigos, ellos no sienten lo que otros le tiran. Cuando los amantes se funden en un cariñoso abrazo, acaso el amante advierte alguna espina?
escuchando silencios ... pretendidos haikus ... nacen desde la floresta ...
Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
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