Un lugar en el bosque… Esta historia nos cuenta de un famoso rabino jasídico: Baal Shem Tov . Baal Shem Tov era conocido dentro de su comunidad porque todos decían que él era un hombre tan piadoso, tan bondadoso, tan casto y tan puro que Dios escuchaba sus palabras cuando él hablaba. | |
Y dicen.... que Dios le gustaban tanto esas palabras que Baal Shem Tov decía, se fascinaba tanto con el fuego armado de esa manera, quería tanto a esa reunión de gente en ese lugar del bosque.... que no podía resistir el pedido de Baal Shem Tov y concedía los deseos de todas las personas que ahí estaban. Cuando el rabino murió, la gente se dio cuenta de que nadie sabía las palabras que Baal Shem Tov decía cuando iban todos juntos a pedir algo.... Pero conocían el lugar en el bosque. Sabían cómo armar el fuego. Una vez al año, siguiendo la tradición de Baal Shem Tov había instituido, todos los que tenían necesidades y deseos insatisfechos se reunían en ese mismo lugar en el bosque, prendían el fuego de la manera en que habían aprendido del viejo rabino, y como no conocían las palabras cantaban cualquier canción o recitaban un salmo, o sólo se miraban y hablaban de cualquier cosa en ese mismo lugar alrededor del fuego. Y dicen.... que Dios gustaba tanto del fuego encendido, gustaba tanto de ese lugar en el bosque y de esa gente reunida.... que aunque nadie decía las palabras adecuadas, igual concedía los deseos a todos los que ahí estaban. El tiempo ha pasado y de generación en generación la sabiduría se ha ido perdiendo.... Y aquí estamos nosotros. Nosotros no sabemos cuál es el lugar en el bosque. No sabemos cuáles son las palabras. Ni siquiera sabemos cómo encender el fuego a la manera que Baal Shem Tov lo hacía... Sin embargo hay algo que sí sabemos: Sabemos esta historia, Sabemos este cuento.... Y dicen.... que Dios adora tanto este cuento...que le gusta tanto esta historia...que basta que alguien la cuente...y que alguien la escuche.... para que Él, complacido, satisfaga cualquier necesidad y conceda cualquier deseo a todos los que están compartiendo este momento.... |
escuchando silencios ... pretendidos haikus ... nacen desde la floresta ...
Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
28 mar 2011
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