Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

4 abr 2011

Malaquías 3:3

Esta pasaje también lo interpreto como una referencia al autoconocimiento ..  Verse reflejado en una lámina de plata y ver nuestro rostro, lo comparé con el conocimiento de uno mismo .. Creo que se llega a la verdadera libertad solamente con este conocimiento ... El que así lo haya logrado, sabrá quien es, de donde proviene y adonde va ...
Les deseo una preciosa y armoniosa noche ...

mañana el sol nuevamente ....






“Él se sentará como un refinador y purificador de plata.”

Este verso desconcertó a algunas mujeres en un estudio bíblico y se preguntaban lo que significó esta declaración sobre el carácter y la naturaleza de Dios… Una de las mujeres se ofreció a conocer el proceso de refinar la plata y regresar con la información al grupo de estudio bíblico la siguiente semana. La mujer llamó a un platero y concertó una cita para ver su trabajo. Ella no mencionó sobre la razón de su interés más allá de su curiosidad sobre el proceso de refinar la plata.

Ella observó al platero trabajar, él sostuvo un pedazo de plata sobre el fuego y lo dejó calentar mucho. Él explicó que en el refinamiento de plata era necesario sostenerla en el medio del fuego donde estaban las llamas más calientes hasta quemar y eliminar todas las impurezas. La mujer pensó en Dios manteniéndonos en un punto tan caliente; y entonces pensó otra vez en el verso que dice: “Él se sienta como un refinador y purificador de plata.”

Ella preguntó al platero si era verdad que él tenía que sentarse allí delante del fuego todo el tiempo. El hombre contestó a que sí, él no sólo tenía que sentarse allí sosteniendo la plata, pero tenía que mantener sus ojos en la plata todo el tiempo que la plata estaba en el fuego. Si la plata se dejara un momento demasiado largo en las llamas, se destruiría. La mujer se mantuvo en silencio por un momento. Entonces preguntó al platero, “¿Cómo sabe cuándo la plata se refina completamente?” Él le sonrió y contestó, “¡Oh, eso es fácil -- cuando veo mi imagen en ella!”

Si usted está sintiendo hoy el calor del fuego, recuerde que Dios tiene Su ojo en usted y continuará mirando hasta que Él vea Su imagen en usted.


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