Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

5 abr 2011

para escuchar los sonidos inaudibles del alma ...

y aqui recuerdo una historia zen que decía maso ...
un maestro le dijo a su discípulo, que le preguntaba acerca de su práctica:
¿puedes escuchar el aleteo de las mariposas?
no maestro
entonces debes estar más atento y seguir con tus prácticas...


En cierta ocasión un rey envió a su hijo, el príncipe heredero, a estudiar con un maestro para que le enseñara las bases y principios para ser un buen gobernante. Cuando el príncipe encontró al maestro éste le dijo que se fuera y permaneciera solo en el bosque durante un año, después debía regresar para describir los sonidos del bosque. Cuando el príncipe regresó, el maestro le dijo que describiera lo que él había escuchado: .... "maestro", replicó el príncipe, "yo pude escuchar el canto de los búhos, el susurro de las hojas, el vuelo de los insectos, el canto de los grillos, el toque de la hierba, el zumbido de las abejas y el murmullo del viento". Cuando el príncipe terminó su relato el maestro le dijo que debía regresar al bosque para escuchar sonidos diferentes a los que había escuchado.

típico cañaveral de la zona .. éste lo sembré para guarecer
la casita de los vientos del sur ..
Nada mejor que ser como él ...
ser una caña cuando los vientos de la vida
azoten sin piedad ...
El príncipe quedó desconcertado con el requerimiento del maestro, sin embargo obedeció, regresó al bosque y, día y noche, permaneció sentado, solo en el bosque afinando el oído para escuchar, sin lograr percibir sonidos diferentes a los que ya había registrado. Sin embargo, una mañana cuando el príncipe estaba sentado en silencio bajo los árboles, empezó a discernir tenues sonidos diferentes a los que ya había escuchado; entonces agudizó el oído y los sonidos comenzaron a ser más claros. En ese momento experimentó que lo envolvía cierta lucidez.

"Estos deben ser los sonidos que el maestro quiere que yo escuche", reflexionó; cuando el príncipe regresó el maestro le preguntó qué otros sonidos había escuchado.

"Maestro", respondió el príncipe de manera respetuosa, "cuando silencié más mi mente, escuché lo que no había podido escuchar: el sonido de las flores cuando abren, el sonido del sol cuando calienta la tierra y el sonido de la hierba cuando recibe el rocío de la mañana"; entonces el maestro asintió con la cabeza.

"Escuchar lo no escuchado", expresó el maestro, "es una habilidad necesaria para ser un buen gobernante, porque sólo cuando el gobernante aprende a escuchar con atención los sentimientos no comunicados, los deseos y demandas no expresadas de las personas, puede inspirar confianza.

El ocaso de un gobernante comienza cuando solo escucha palabras superficiales y no penetra en la profundidad del alma de las personas, con el fin de escuchar sus verdaderos sentimientos y deseos.

Una bonita historia que nos lleva a reflexionar sobre la propia capacidad de auto control, es decir la habilidad para gobernar las facultades sutiles, es decir las facultades del alma (mente, intelecto y rasgos de personalidad), o por lo menos de los órganos físicos (ojos, oídos, boca). Porque el auto control es lo único que me permite superar los diferentes retos que tengo que enfrentar en la cotidianidad, capacidad que no se logra con el simple deseo, para ello es necesaria la práctica durante un buen periodo de tiempo, tal como lo hizo el príncipe. Para ello además del deseo y la determinación, se necesita de una herramienta como la meditación raja yoga, la cual al practicarla nos devuelve la capacidad para auto controlarnos.

(1) Tomado de la historia  El Sonido del Bosque

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