Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

14 abr 2011

sabiduría ...............

msj. recibido de Jesús Gómez
jajajajaj   buenisimo ... justamente hoy por la mañana, cosechando los guisantes, recordaba a una compañera de la empresa donde trabajaba .. una señora adinerada y ya de edad,,, y seguia amasando dinero ...  me preguntaba ?para que? .. para queeee ..  y yo misma me contesté : es para mantener la mente trabajando ...  activa .... y luego me retruqué ... sacándole el puesto a otras personas que necesitan ese trabajo y pudiendo hacer algo útil para ella misma o para los demás ...
Mantener la mente activa no solamente implica hacer un trabajo o estudiar .. creo que mas activa se pone cuando uno no hace nada ..je
La meditación es la actividad suprema para que una mente se mantenga en buen estado ... la paz y la calma, son sus compañeras imprescindibles ...
beso y gracias Jesús ...   está buenisimo este cuento ! ...





Un hombre de negocios norteamericano estaba en el embarcadero de un pueblecito costero de México cuando llegó una barca con un solo tripulante y varios ATUNES muy grandes.

El norteamericano felicitó al mexicano por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo había tardado en pescarlo.

El mexicano replicó:

 - Oh! Sólo un ratito.

Entonces el norteamericano le preguntó por qué no se había quedado más tiempo para coger más peces. El mexicano dijo que ya tenía suficiente para las necesidades de su familia.

El norteamericano volvió a preguntar:

- ¿Y qué hace usted entonces con el resto de su tiempo?

El mexicano contestó:

 - Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, duermo la siesta con mi mujer, voy cada tarde al pueblo a tomar unas copas y a tocar la guitarra con los amigos. Tengo una vida plena y ocupada, señor.

El norteamericano dijo con tono burlón:

- Soy un graduado de Harvard y le podría echar una mano. Debería dedicar más tiempo a la pesca y con las ganancias comprarse una barca más grande. Con los beneficios que le reportaría, podría comprar varias barcas. Con el tiempo, podría hacerse con una flotilla de barcas de pesca. En vez de vender su captura a un intermediado, se la podría vender al mayorista; incluso podría llegar a tener su propia fábrica de conservas. Controlaría el producto, el proceso industrial y la comercialización. Tendría que irse de esta aldea y mudarse a Ciudad de México, luego a Los Ángeles y finalmente a Nueva York, donde dirigiría su propia empresa en expansión.

- Pero señor, ¿cuánto tiempo tardaría todo eso?

- De quince a veinte años.

- Y luego ¿qué? - preguntó el mexicano

El norteamericano soltó una carcajada y dijo que eso era la mejor parte:

- Cuando llegue el momento oportuno, puede vender la empresa en bolsa y hacerse muy rico. Ganaría millones.

 - ¿Millones, señor? Y luego ¿que?

- Luego se podría retirar. Irse a un pequeño pueblo costero donde podría dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con sus nietos, hacer la siesta con su mujer e irse de paseo al pueblo por las tardes a tomar unas copas y tocar la guitarra con sus amigos.

- Bueno, pero eso es lo que hago ahora señor ¿Por qué tengo que esperar veinte años?

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