La meditación consiste sólo en estar, sin hacer nada; ninguna acción, ningún pensamiento, ninguna emoción. Simplemente estás, y es un puro disfrute. ¿De dónde surge esa dicha si no estás haciendo nada? No surge de ninguna parte; o surge de todas partes. No es causada, porque la existencia está compuesta de una materia llamada alegría. No necesita ninguna causa, ninguna razón. Si eres infeliz, tienes una razón para ser infeliz; si eres feliz, simplemente eres feliz, sin ninguna razón. Tu mente trata de encontrar alguna razón, porque no puede creer en lo no-causado, porque no puede controlar lo no-causado; ante lo no-causado la mente se siente impotente. Así que la mente continúa buscando cualquier razón. Sin embargo, me gustaría decirte que cuando eres feliz, lo eres sin ninguna razón en particular; cuando eres infeliz, tienes alguna razón para serlo; porque la felicidad es sencillamente la materia de la que estás hecho. Es tu propio ser, es tu más profunda esencia. La alegría es tu más profunda esencia.
Contempla los árboles, contempla los pájaros, contempla las nubes, contempla las estrellas..., y si tienes ojos serás capaz de ver que toda la existencia está alegre. Todo es sencillamente feliz. Los árboles son felices sin ninguna razón particular; no van a convertirse en primeros ministros ni presidentes, ni tampoco van a ser ricos, ni nunca tendrán una cuenta en el banco. Contempla las flores sin ninguna razón. Es increíble lo felices que son las flores. Toda la existencia está compuesta por una materia llamada alegría. Los hindúes la llaman satchitanand, ananda, alegría. Ésta es la razón por la que no hace falta ninguna razón, ninguna causa. Si puedes estar simplemente contigo mismo, sin hacer nada, simplemente disfrutando de ti mismo, simplemente siendo feliz de que existes, simplemente siendo feliz del simple hecho de respirar, simplemente siendo feliz del hecho de poder escuchar a los pájaros —sin ninguna razón en particular— entonces estás en meditación. La meditación consiste en estar aquí y ahora. Cuando uno está feliz sin ninguna razón, no puede guardar esa felicidad para sí solo. Se va derramando en los demás; se convierte en un compartir. No la puedes contener; es demasiada, es infinita. No la puedes retener en tus manos; tienes que dejar que se difunda.
Osho
escuchando silencios ... pretendidos haikus ... nacen desde la floresta ...
Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
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