El relato épico de Rama y Sita fue compuesto hacia el siglo III a. de C. Con el tiempo, Rama se convirtió en el hindú modelo; es caballeroso y fiel a su esposa, pero obediente de la ley sagrada; tiene fortaleza en la tribulación y valor en la adversidad. Acabó por ser considerado como encarnación de Visnú y con frecuencia se usa su nombre como sinónimo de Dios. Andando el tiempo, Sita también cambió; por su fidelidad a Rama y su obediencia al dharma representa el ideal divino de la esposa hindú. Así como él es el dios Visnú, así también ella es una encarnación de la esposa de Visnú, Lakshmi.
El Ramayana como el folklore de todas las civilizaciones, expresa los más caros ideales de la cultura que le dio vida, ideales que deben aplicarse en la vida diaria. Asi, por ejemplo, la desposada hindú se deleita con las palabras que pronunció Sita cuando se disponía a seguir a Rama al exilio:
Vanos son en la vida de la mujer
el coche, los caballos y los palacios dorados;
Más querida es la sombra de su esposo,
a la esposa amante y amada.
Más feliz que en las mansiones de su padre
vaga Sita por los bosques;
Estando en los brazos de su esposo
no piensa en su casa ni en los suyos ...
y el fruto silvestre que le brindan
los frescos y fragantes bosquecillos,
Y el alimento que Rama le ofrezca
será para ella el más querido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario