"Los discípulos de un Maestro espiritual se parecen a menudo a

esos caminantes que, encontrándose al pie de una montaña, no

tienen intención alguna de ascenderla. La montaña está ahí,

está muy bien, se sienten muy satisfechos, la admiran, pero la

montaña es lo que es, y ellos siguen siendo lo que son, abajo.

De vez en cuando, echan una mirada hacia la cima deseando que

baje un poco hasta ellos, pero la cima continúa alzándose hacia

el cielo.

En esta imagen de la cima, se puede ver no solamente a un Maestro

espiritual, sino también a todos los seres que, en el campo que

es el suyo, han conseguido tener una visión superior de las

cosas. No deben nunca descender de las alturas que han alcanzado,

pero sí buscar la forma de atraer a los humanos hacia ellos. Y

si no quieren subir, no importa, ¡hay que dejarlos! Dirás que

es cruel. No, ya que incluso sin descender, estos grandes seres

continúan proyectando hacia sus seres humanos algo de su

pensamiento, de su amor."

Omraam Mikhaël Aïvanhov