Sabías que los árboles hablan?
Pues si, hablan. Hablan entre ellos y si los escuchas también te hablarán. El problema es que los blancos no escuchan. No han aprendido nunca a escuchar a los indios, por lo que dudo que escuchen a las otras voces de la naturaleza. Y sin embargo, a mi los árboles me han enseñado mucho: ora sobre el tiempo, ora sobre los animales, ora sobre el Gran Espíritu.
Reconocíamos la mano del Gran Espiritu:
en casi todas las cosas: el sol, la luna, los árboles, el viento y las montañas. En ocasiones, nos acercábamos a Él a través de todas estas cosas. ¿Que mal había en ello? Pienso que creíamos sinceramente en el Ser supremo; con una fe más fuerte que la de muchos de los blancos que nos han tratado de paganos.. Los indios que viven cerca de la naturaleza y del amo de la naturaleza no viven en la oscuridad.
Éramos un pueblo sin leyes,
pero nos entendiamos muy bien con el Gran Espíritu, creador y amo de todas las cosas. Vosotros, los blancos, nos llamaban salvajes. No entendían nuestras plegarias. No habían intentado comprenderlas. Cuando cantábamos nuestras alabanzas al sol, a la luna o al viento, decían que adorabamos a ídolos. Nos habían condenado como almas perdidas sin habernos comprendido, simplemente porque nuestro culto era distinto del vuestro.
escuchando silencios ... pretendidos haikus ... nacen desde la floresta ...
Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
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