escuchando silencios ... pretendidos haikus ... nacen desde la floresta ...
Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
16 dic 2012
"No podemos perder jamás nada, pues no hay nada externo a nosotros mismos". Esto es lo que finalmente hemos de aprender, pues es el reconocimiento de que el Valor Absoluto de toda existencia, ha sido perfectamente restaurado en nuestras mentes".
Este Valor Absoluto es el único Valor que realmente existe, y fue de hecho lo único que Dios creó. Dicho Valor es Él Mismo, y, por lo tanto, es imposible que Él Mismo le pueda abandonar, o que Se pueda separar de Él. Así, este Conocimiento es nuestra morada natural, más, no es un lugar, ni tampoco una condición. Es simplemente la conciencia de la perfecta e indestructible "Unicidad", y el reconocimiento de que no hay nada más, ni dentro ni fuera de tal Unicidad.
¿Y qué otra cosa podría ofrecernos Dios, sino este conocimiento de lo que Él Mismo Es? ¿Hay acaso algo más; otra cosa real, que se pueda en verdad dar, adquirir o perder?
La creencia de que podemos dar u obtener otra cosa real – algo que por lo general creemos externo a nosotros mismos – nos ha costado la conciencia del Cielo y nuestra verdadera identidad. Y hemos hecho algo todavía más extraño, de lo cual ni siquiera nos hemos aún percatado: "Hemos transferido de nuestras mentes a nuestros cuerpos, la culpabilidad por nuestra separación,".
Nuestros cuerpos, no obstante, no pueden ser los culpables, pues ellos no pueden hacer nada por su cuenta. Nosotros, sin embargo, que casi siempre terminamos repudiando a nuestro propio cuerpo cuando éste parece fallarnos, no hacemos sino engañarnos a nosotros mismos: "Odiamos a nuestra mente porque la imperfección y la culpa se han adentrado en ella, y es por eso que procuramos mantenerla separada de otras mentes, lo cual, en verdad, es algo imposible de hacer, pues las mentes están todas inevitablemente unidas por naturaleza. Nuestros cuerpos, por otro lado, si que nos parecen estar completamente separados del resto. Luego, al atribuirle a nuestras mentes esas mismas propiedades del cuerpo, esto hace que nos parezca entonces que la separación es perfectamente posible, y que es algo real. Más, no hay dudas de que todo esto no es más que un trágico engaño.
Es por esta razón que nuestras mentes nos parecen entes "privados", entes también fragmentados e infinitamente solitarios. Y es que, ellas proyectan su culpabilidad por la imperfección o separación sobre sus propios cuerpos, los cuales, sufren entonces, porque se les ataca continuamente hasta morir con el sólo propósito de mantener viva la absurda ilusión de separación, e impedir que la mente misma reconozca su verdadera identidad y unicidad en la totalidad.
La mente no puede atacar físicamente, pero puede forjar fantasías y ordenarle al cuerpo que las exteriorice. Y en ese sentido, las actitudes posesivas que el cuerpo manifiesta, son siempre un claro ejemplo de ello, más, lo que hace nunca parecerá satisfacer completamente a la mente, a menos que ella crea que el cuerpo está realmente exteriorizando muy bien sus fantasías, más, lo único que hará entonces, es atacarlo aún más, proyectando la culpabilidad sobre él, al creer, de una forma muy circular y viciosa, que es el propio cuerpo quien estaría confirmando lo que en verdad significa su desgracia, es decir, su culpabilidad por la separación e imperfección.
La mente no puede en verdad atacar lo que ella supone externo, pero puede engañarse a si misma totalmente al respecto. Y eso es todo lo que hace cuando cree que ha atacado al cuerpo. Puede proyectar así su culpabilidad, pero no puede deshacerse de ella únicamente proyectándola. Y aunque es obvio que puede percibir las funciones del cuerpo erróneamente, no puede cambiar la función que la Creación Misma le ha otorgado a dicho cuerpo. El cuerpo no es el fruto del amor, como cabría creer, sino que es el resultado de la separación. Aún así, el amor no lo condena y lo usa amorosamente, al igual que todo, reinterpretándolo como un vehículo más de comunicación para restaurar la unicidad en las mentes.
En el poema anterior de R, Tagore, el maestro se expresa desde el punto de vista de la ignorancia más genuina, asegurando que todo ha de "perderse" si se lo considera separado de Dios. Es por ello que "Dios no deja nada a los hombres", pues el hombre mismo es un ente que se considera a si mismo separado. No obstante, "jamás niega el camino que se ha de seguir", lo cual es una referencia al camino hacia el Conocimiento. En las escrituras Bíblicas, Jesucristo también se asegura: "quién cuide su vida, la perderá". Y es que todo lo perdemos al instante mismo en que lo veamos distinto o separado de nosotros mismos. Y lo que creemos entonces ver, es algo sin vida, una naturaleza muerta tan sólo.
Un abrazo a todos…Baktha55
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