Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

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queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

17 ene 2013

analizando la enfermedad (espiritismo) ...




Queridos amigos, hola buenos días, todos en alguna ocasión o en varias hemos estado enfermos en la vida, la enfermedad es normal en el hombre, y en todo ser viviente, el médico es un ser a veces primordial en nuestras vidas, pues es gracias a el, que nos curamos, y podemos seguir adelante, cuando estamos enfermos el malestar que sufrimos nos impide poder trabajar, ser dueños de nuestra voluntad para realizar nuestros quehaceres, pues aunque lo deseamos nuestras fuerzas no responden y no nos queda otro remedio que curarnos, para volver a la normalidad.

No sucede igual con la enfermedad que sufre el hombre en el alma, esta nos acompaña aun después de haber dejado el cuerpo material, la diferencia es que en la otra vida no podemos disimularla, los orgullosos, envidiosos, egoístas perversos etc., no pueden esconderse y a pesar de intentar por todos los medios de quitarse el sufrimiento que estas debilidades les ocasionan no pueden hasta que no se regeneran y vencen con su fuerza y tesón estas inclinaciones.

La causa original de las enfermedades que afligen a la humanidad, pertenece esencialmente al orden psíquico.

El hombre continúa sufriendo fuertes golpes contra la salud de su cuerpo físico.

El Espiritismo no tiene por finalidad curar las enfermedades del cuerpo. Aunque coopera en ese sector del orden humano, su objetivo principal es enseñar, orientar y liberar al espíritu de sus debilidades o instintos inferiores hasta alcanzar la “salud moral” la Angelitud. No pretende competir deliberadamente con la medicina del mundo, como presuponen algunos médiums y neófitos espiritas.

Si ese hubiera sido el objetivo esencial, los mentores que orientaron a Allan Kardec en la codificación de la doctrina le habrían indicado los recursos y métodos técnicos que aseguraran el éxito terapéutico en la lucha contra las enfermedades que afectan a la humanidad.

Cuando la ciencia médica analice el introspectivo del alma, comprobará que ciertas molestias de carácter virulento son el producto de graves “infecciones morales” existentes en la conciencia de la misma, las cuales, por efecto de repercusión vibratoria, afectan al periespiritu y al cuerpo físico, al que está sujeta.
La función del Espiritismo es la de “curar el espíritu enfermo” siendo un vehículo beneficioso que instiga al hombre a despertar su conciencia hacia los deberes y responsabilidades del espíritu inmortal.
Delante del sufrimiento correctivo decretado por la Ley de Causa y Efecto no hay la menor duda, de que fracasarán el médico y el médium, pues el dolor, en ese caso, no es accidente ni enfermedad, sino un recurso disciplinario para que el espíritu retorne a su verdadera ruta espiritual evitando mayores prejuicios para el futuro.
Aunque el Espiritismo no sea un movimiento llamado a competir con la medicina oficial, corresponde a la promesa bendecida de Cristo, cuando prometió, el envió del Consolador en el momento oportuno para curar a los enfermos de Espíritu, aunque eso se consiga curando primero el cuerpo físico.

Los espiritas siempre bendicen el sufrimiento y el dolor, reconociendo que la enfermedad los conduce a la sombra amiga y confortadora de la doctrina espirita, tonificando notablemente la personalidad humana, por el tratamiento sencillo del agua fluidificada, del pase mediúmnico o por la receta de los desencarnados.

Las criaturas mansas de corazón y bondadosas que sufren de cáncer, no son más que almas que delinquieron en el pasado y actualmente se encuentran en trance de purificación espiritual.

Desgraciadamente, la tierra jamás puede protestar contra su sufrimiento redentor, pues desde su infancia sabe que las virtudes pertenecen al mundo angélico, y los pecados, al reino instintivo animal. la salud física depende mucho de la “salud espiritual”.

El mantenimiento del equilibrio psíquico y emocional es de fundamental importancia para la sustentación de la salud.


Merchita

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