(Sánscrito: Kalasa / Tibetano: Gter-chenpo bumpa)
“Con un cuello como un vaso de buena fortuna, primoroso y adornado”
Este jarrón precioso, representa el cuello del Buda. Hace mención a las enseñanzas de Buda como un tesoro de joyas que nunca dejan de brotar. Simboliza el deseo de que todos los seres que sienten puedan recibir la totalidad de las enseñanzas del Buda. También simboliza la abundancia, el néctar de la inmortalidad y la riqueza espiritual. Es un signo de logro espiritual y de la consecución de los deseos materiales, además de un tributo de deidades particulares relacionadas con la riqueza.
El jarrón (o “bumpa”), que se describe como parte del ofrecimiento del mandala, es de oro y está adornado con una multitud de joyas preciosas. Una khata de seda del reino de los dioses ata el cuello del jarrón y su boca está sellada por el árbol que concede todos los deseos cuyas raíces beben de las aguas de la longevidad, que están contenidas dentro del jarrón, convirtiéndolas milagrosamente en tesoros de todo tipo.
Los jarrones preciosos se usan para algunos rituales tántricos, en dichos rituales se suelen llenar de sustancias preciosas y sagradas, siendo sellados y colocados en altares, hogares, lagos o fuentes, donde su presencia atrae la abundancia y armonía al entorno.
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