"Las entidades luminosas del mundo invisible aprecian a los que
siempre tienen hambre y sed. Sólo los golosos son aceptados
arriba. Por lo tanto, puedes pedir cuánto quieras. Sí, pide
el amor, la sabiduría, la paz, la belleza…
Un día, un viajero llegó a un pueblo donde se puso a buscar una
posada. Alguien le dijo que justamente había un posadero muy
amable que alimentaba gratuitamente a todos los extranjeros que
estaban de paso, pero lo que era un poco raro es que, tras
haberles dado de comer, los golpeaba. «No importa» respondió
el viajero, «acepto». Como estaba hambriento y no tenía prisa
por recibir los golpes, comió todo lo que le fue servido; y a
medida que iba comiendo, veía a su anfitrión cada vez más
feliz. Cuando llegó el momento en que no podía tragar nada
más, no se levantó, pero miró al posadero como si esperara
todavía algo más. «Y bien, ¿qué es lo que esperas ahora? –
Ser golpeado.» Sin embargo, el hostelero se puso a reír y dijo:
«En absoluto, si yo golpeo a la gente es porque ignoro el motivo
por el que dejan tan rápidamente de comer: de esta forma me
privan del placer de saborear la alegría de dar. Tú has comido
bien.»
Así pues, he aquí una advertencia para todos aquellos que se
sacian rápidamente de los regalos del Cielo: recibirán algunos
golpes. "
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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