Estos vestigios corresponden a uno de los monasterios más conocidos de Asia del Sur. Esta estructura en forma de cruz construida de ladrillo, tiene un amplio patio decorado que conecta a varios santuarios. El templo central resalta del resto de la construcción, por su alta silueta. Los muros y los sótanos se encuentran decorados por placas de barro cocido, las cuales tienen un diseño particular, que contribuye a imprimirle un aire único a esta construcción.
Su diseño se adapta perfectamente a su función de tipo religioso y representa un logro artístico único que influyó en la arquitectura budista, con sus sencillas y armoniosas líneas y sus muchos adornos tallados.
Desafortunadamente este lugar se encuentra en constante deterioro desde hace más de 50 años, debido a la elevación constante del suelo, pues en las épocas lluviosas los sótanos se encuentran completamente inundados y las paredes y decoraciones se ven deterioradas por la acción de las sales del agua y la constante humedad.
Debido a esta lamentable situación y gracias a que este lugar se considera patrimonio de la humanidad, la UNESCO se ha dado a la tarea de restaurar y conservar este hermoso y enigmático sitio, que merece la pena ser visitado, no solo por la belleza de su construcción sino también por la enorme carga de misticismo que se respira en él.
![]() ![]() ![]() |
No hay comentarios:
Publicar un comentario