
Hace mucho tiempo, una ancianita aprendió el mantra de Tara verde. Lo recitaba con mucha devoción, pero lo pronunciaba muy mal. Sin embargo, una noche, mientras un monje se hospedaba en su casa, pudo contemplar como la habitación de la anciana se llenaba de una espléndida luz verde y como la mismísima Tara se materializaba mientras la anciana pronunciaba erroneamente el mantra. Al otro día, el sabio monje le enseñó a la anciana a pronunciar el mantra con corrección, pero Tara no volvió a aparecer. Finalmente, el monje le pidió a la anciana que pronunciara el mantra como ella acostumbraba y pudo contemplar arrobado como nuevamente Tara verde aparecia con todo esplendor.
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