En un número infinito de vidas he tenido madres, padres, tías, tíos, maestros, amigos, cónyuges, hijas, e hijos.
Todos ellos han llorado por mí mares de lágrimas.
¿No es justo que ahora sean dichosos? ¿No es justo que ahora sean felices?
Es mi deber establecerles en la prosperidad y la felicidad insuperables.
Los extraños y los enemigos; los animales de tierra, agua, y aire;
los fantasmas hambrientos; los dioses y titanes
—desde los altos cielos hasta la profundidad de los infiernos,
en este mundo y el gran triquiliocosmo,
doquiera se extiende el espacio y emergen los universos—
todos los seres han sido mis madres, me han cuidado,
y me han protegido de males incontables.
Estoy endeudado. Mi corazón se hincha con gratitud y afecto.
Ruego que todos los seres, mis madres, sean dichosos. ¡Que todos sean felices!
Les estableceré en la prosperidad y la felicidad insuperables.
―Yetsun Taranata
fuente: www.granviacentral.wordpress.com
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