Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

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queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

24 sept 2015

los SIETE SOLES (la visión del Buddha sobre la desaparición de este mundo)


En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la Arboleda de Ambapali, cerca de Vesali. Estando allí, el Bienaventurado se dirigió a los monjes: “Monjes”.

“Sí, Venerable Señor”, respondieron los monjes, y el Bienaventurado continuó:

“Monjes, los fenómenos condicionados son transitorios; los fenómenos condicionados son inestables; los fenómenos condicionados son poco fiables. Esto es suficiente para llegar a estar desencantado con todos los fenómenos condicionados, suficiente para llegar a estar desapasionado hacia ellos, suficiente para estar liberado de ellos.

“Monjes, Sineru, el rey de las montañas, tiene 84.000 yojanas de alto y 84.000 yojanas de ancho; está sumergido 84.000 yojanas en el gran océano y se eleva 84.000 yojanas por encima del gran océano.

“He aquí, monjes, vendrá el tiempo, en el cual no caerá lluvia por muchos años, por cientos de años, por miles de años, por cientos de miles de años. Cuando la lluvia no cae, las semillas vitales y la vegetación, las plantas medicinales, el pasto y los gigantes árboles del bosque se marchitan, se secan y dejan de existir. Así de transitorios son los fenómenos condicionados; así de inestables y poco fiables. Esto es suficiente para llegar a estar desencantado con todos los fenómenos condicionados, suficiente para llegar a estar desapasionado hacia ellos, suficiente para estar liberado de ellos.

“He aquí, monjes, vendrá el tiempo cuando, después de mucho tiempo, aparecerá el segundo sol. Con la aparición del segundo sol se secarán y se evaporarán los pequeños ríos y lagos, y dejarán de existir. Así de transitorios son los fenómenos condicionados… Esto es suficiente para estar liberado de ellos.

“He aquí, monjes, vendrá el tiempo cuando, después de mucho tiempo, aparecerá el tercer sol. Con la aparición del tercer sol se secarán y se evaporarán los grandes ríos Ganges, Yamuna, Aciravati, Sarabhu y Mahi, y dejarán de existir. Así de transitorios son los fenómenos condicionados… Esto es suficiente para estar liberado de ellos.

“He aquí, monjes, vendrá el tiempo cuando, después de mucho tiempo, aparecerá el cuarto sol. Con la aparición del cuarto sol se secarán y se evaporarán los grandes lagos a partir de los cuales se originan aquellos grandes ríos —Anotatta, Sihapapata, Rathakara, Kannamunda, Kunala, Chaddanta y Mandakini— y dejarán de existir. Así de transitorios son los fenómenos condicionados… Esto es suficiente para estar liberado de ellos.

“He aquí, monjes, vendrá el tiempo cuando, después de mucho tiempo, aparecerá el quinto sol. Con la aparición del quinto sol, las aguas del gran océano bajarán mil yojanas, doscientas yojanas… trescientas yojanas… setecientas yojanas. El agua que queda en el gran océano alcanzará la altura de siete palmeras… altura de seis palmeras… cinco palmeras… cuatro palmeras… tres palmeras… dos palmeras… una sola palmera. El agua que queda en el gran océano tendrá siete brazas de profundidad… seis brazas de profundidad… cinco brazas de profundidad… cuatro brazas de profundidad… tres brazas de profundidad… dos brazas de profundidad… una sola braza de profundidad… media braza de profundidad… El agua que queda en el gran océano llegará hasta la cintura… hasta las rodillas… hasta los tobillos. Al igual que en el otoño, cuando las gruesas gotas de lluvia se vierten hacia abajo, las aguas están en las huellas del ganado aquí y allí, así también las aguas que quedan en el gran océano estarán aquí y allá en charcos del tamaño de la huella del ganado. Con la aparición del quinto sol, el agua que queda en el gran océano no será suficiente ni siquiera para cubrir las articulaciones de los dedos. Así de transitorios son los fenómenos condicionados… Esto es suficiente para estar liberado de ellos.

“He aquí, monjes, vendrá el tiempo cuando, después de mucho tiempo, aparecerá el sexto sol. Con la aparición del sexto sol, esta gran tierra y Sineru, el rey de las montañas, van a humear, vaporizarse y arder en llamas. Al igual que, cuando se enciende el fuego del alfarero, el mismo humea, se vaporiza y arde en llamas, así también con la aparición del sexto sol, esta gran tierra y Sineru, el rey de las montañas, van a humear, vaporizarse y arder en llamas. Así de transitorios son los fenómenos condicionados… Esto es suficiente para estar liberado de ellos.

“He aquí, monjes, vendrá el tiempo cuando, después de mucho tiempo, aparecerá el séptimo sol. Con la aparición del séptimo sol, esta gran tierra y Sineru, el rey de las montañas, van a estallar en llamas, se incendiarán intensamente, hasta llegar a ser una gran masa de fuego. Al arder y quemarse, esta gran tierra y Sineru, el fuego, levantado por el viento, subirá hasta el mundo de Brahma. Al arder y quemarse, al someterse a la destrucción y siendo superados por la gran masa de calor, los picos de las montañas de la altura de cien yojanas se desintegrarán. Picos de las montañas de la altura de doscientas yojanas… trescientas yojanas… cuatrocientas yojanas… quinientas yojanas se desintegrarán.

“Cuando esta gran tierra y Sineru, el rey de las montañas, ardan y se quemen, no se verá hollín ni cenizas. Al igual que cuando arde y se quema la mantequilla o el aceite, no se ven hollín ni cenizas, así tampoco se verán hollín ni cenizas cuando se quemen y ardan esta gran tierra y Sineru, el rey de las montañas. Así de transitorios son los fenómenos condicionados; así de inestables y poco fiables. Esto es suficiente para llegar a estar desencantado con todos los fenómenos condicionados, suficiente para llegar a estar desapasionado hacia ellos, suficiente para estar liberado de ellos.

“Monjes, ¿quiénes, excepto aquellos que han visto la verdad, pensarían o creerían esto: ‘Esta gran tierra y Sineru, el rey de las montañas, se van a quemar, destruir y no existirán más’?

“He aquí, monjes, en el pasado remoto, vivía un maestro de nombre Sunetta, el fundador de una doctrina espiritual sin codicia por los placeres sensuales. El maestro Sunetta tenía cientos de discípulos, a los cuales enseñaba el Dhamma por la compañía con el mundo de Brahma. Cuando estaba enseñando, aquellos que entendieron su enseñanza por completo, con el quebrantamiento del cuerpo, después de la muerte, renacieron en el buen destino, en el mundo de Brahma. Pero los que no entendieron su enseñanza por completo, con el quebrantamiento del cuerpo, después de la muerte, algunos renacieron en compañía de los devas que controlan lo que ha sido creado por otros, otros en compañía de los devas que se deleitan en la creación, otros en compañía de los devas de Tusita, otros en compañía de los devas de Yama, otros en compañía de los devas de Tavatimsa y otros en compañía de los devas de los Cuatro Grandes Reyes. Algunos renacieron en compañía de los influentes khattiyas, otros en compañía de los influentes brahmanes y otros en compañía de los influentes hombres hogareños.

“Entonces, monjes, esto se le ocurrió al maestro Sunetta: ‘No es conveniente que tuviera exactamente el mismo destino que mis discípulos. Voy a desarrollar más el amor benevolente’. Entonces, por siete años, el maestro Sunetta desarrolló el amor benevolente. En consecuencia, en espacio de siete eones de la disolución y evolución del mundo no regresó a este mundo. Y cuando el mundo fue disuelto pasó al [reino] de la corriente de resplandor. Cuando el mundo evolucionó, renació en las mansiones vacías del Brahma. Allí, llegó a ser Brahma, el Gran Brahma, el vencedor, el invicto, el visionario universal, el portador de la maestría. Llegó a ser Sakka, el gobernador de los devas, treinta y tres veces. Muchas veces llegó a ser el Monarca que pone en movimiento la rueda, el recto rey que gobierna mediante el Dhamma, el conquistador, cuya reinado se extiende a los cuatro puntos cardinales, que logra la estabilidad en su país, que posee las siete gemas. Tuvo mil hijos que fueron héroes, vigorosos, capaces de aplastar a los ejércitos de sus enemigos. Reinó, después de haber conquistado la tierra hasta sus límites con el océano, y no a través de la fuerza y las armas, sino mediante el Dhamma.

“Monjes, por más que tuvo semejantemente grande espacio vital y continuó por tiempo igualmente largo, el maestro Sunetta todavía no estaba libre del nacimiento, de la vejez, la muerte, el dolor, lamento, pena, desaliento ni angustia. Aún no estaba libre de la insatisfacción, afirmo yo. Y, ¿por qué así? Porque no entendió aún la penetración de cuatro cosas. Y, ¿cuáles son estas cuatro? La noble conducta virtuosa, la noble concentración, la noble sabiduría y la noble liberación.

“La noble conducta virtuosa, monjes, ha de ser comprendida y penetrada. La noble concentración ha de ser comprendida y penetrada. La noble sabiduría ha de ser comprendida y penetrada. La noble liberación ha de ser comprendida y penetrada. El anhelo por la existencia ha de ser apartado; el conducto a la existencia ha de ser destruido; entonces, no habrá más existencias renovadas”.

Esto es lo que dijo el Bienaventurado. Habiendo dicho esto, el Sublime, el Maestro agregó:

“Conducta virtuosa, concentración, sabiduría

E insuperable liberación:

Estas cosas el ilustre Gotama

Entendió por sí mismo.

“Habiendo conocido estas cosas,

El Buda enseñó el Dhamma a sus monjes.

El Maestro, el que pone fin a la insatisfacción,

El que tiene la visión, alcanzó el Nibbana”.

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