Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

30 jun 2010


El sufrimiento puede impulsarnos a practicar. Cuando nos sentimos ansiosos o tristes y vemos que este tipo
de prácticas nos alivian, deseamos continuar. Observar el sufrimiento y descubrir qué lo ha causado requiere energía, pero la visión que con ello obtengamos nos conducirá a descubrir cómo ponerle fin, y el camino que debemos seguir para lograrlo. Cuando abrazamos nuestro sufrimiento, podemos ver sus orígenes y descubrimos que existe un camino para ponerle fin. Nuestro sufrimiento está en el centro. Cuando observamos el abono orgánico, vemos las flores. Cuando observamos el océano de fuego, vemos un loto. La senda que no huye de nuestro sufrimiento, sino que lo abraza, es la que nos conducirá a la liberación.
No siempre es necesario afrontar directamente el sufrimiento. A veces podemos dejar que siga durmiendo en el almacén de nuestra conciencia, aprovechando la oportunidad de percibir con nuestra atención los elementos renovadores y curativos que existen en el interior y a nuestro alrededor. Cuidamos de nuestro dolor, como los anticuerpos se ocupan de los cuerpos extraños que han entrado en el caudal sanguíeno. Cuando las semillas insanas han germinado, debemos ocuparnos de ellas. Cuando permanecen dormidas, nuestra labor es ayudarlas a que sigan durmiendo plácidamente y a transformarlas en su misma raíz.
thich nhat hanh

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