Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté
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22 ene 2013

Los 6 reinos del samsara:


Dentro de la rueda de Samsara estan representados tambien los seis reinos del renacimiento.



En primer lugar esta el reino de los “deva” o semidioses.
Son bellos, gozan de larga vida y son ricos en felicidad. Sin embargo, a causa de esa felicidad permanentemente llevan en ellos las condiciones de la pereza y de la derrota. Su presencia en este mundo se debe a su buen karma anterior, pero ello no constituye más que una etapa hacia la liberación final. Siguen estando en el samsara y, por lo tanto sujetos a volver a aparecer, incluso en un mundo menos propicio.




Después esta el segundo mundo, el de los “asura”.
Los asura son, también, semidioses pero están ciegos por la envidia, dominados por el orgullo y la codicia, y no admiten la superioridad de los deba. Por ello siempre están preparados para combatir para poder obtener un mejor lugar o la satisfacción de sus deseos. Se les representa con rasgos de combatientes armados con arco y flecha, a veces con el cuerpo ensangrentado e incluso mutilado. La simbología de este mundo violento es la del combate por la satisfacción de los deseos, pero también la del combate contra las energías opuestas y de los impulsos perturbadores, los de la mente, los del cuerpo que no consigue satisfacer sus necesidades, que no consigue mantener la postura… Los asura tienten la energía que permitirá algún día sobrepasar el ego.




El tercer mundo es el nuestro, el de los humanos.
Los humanos no entienden nada de lo que pasa ni tampoco el sentido de la vida, del samsara ni del karma, razón por la que siempre están intentando conseguir algo y, por supuesto siempre en el exterior de ellos mismos. Los humanos están fascinados por los millones de reflejos del mundo de Mara y pasan el tiempo corriendo tras ellos y vagabundeando.






En los otros tres reinos los nacimientos son más dolorosos. Son los reinos inferiores. 



En primer lugar está el infierno que encierra a los seres que cometen actos verdaderamente nocivos para la humanidad. 
Son verdaderamente demonios y su nacimiento es uno de los peores. Se dice incluso que nunca saldrán de ese infierno. Sobre los tankas que representan la rueda siempre se ve a seres peleándose o torturándose unos a otros o cercados por las llamas. También encontramos estas terroríficas imágenes en al religión cristiana. En otros tiempos se pretendía impresionar a las masas populares y a los seres malsanos prometiéndoles mil suplicios si su conducta era nociva para la supervivencia de la especie.





Después están los animales, el mundo de los animales.

Es el de los seres que están dominados por la sexualidad o por la ignorancia y reducidos a sus instintos primarios. Cuando observamos como viven las gallinas y los gallos, aquí en la Gendronniere, podemos comprender en profundidad el sentido de un renacimiento en el mundo de los animales. Os invito a que les observéis. Parece gracioso, pero los gallos se pelean hasta hacerse sangrar para dominar algunas gallinas. Aquí hay varios gallos, es muy interesante. Bueno, se dice que en ese mundo renacen también los seres que se oponen a la espiritualidad o que se burlan de ella.



El último mundo de mal renacimiento es el de los pretas.
A los pretas también se les llama kakis. Son seres que están privados del disfrute material y físico, pues en vidas anteriores han sido egoístas imperdonables. Siempre están buscando comida y se les representa con bocas muy pequeñas, del tamaño del ojo de una aguja y, por lo tanto, condenados a no poder engullir nada sólido. Sue esófago esta totalmente contraído, pero, por otro lado, tienen una gran barriga y un gran apetito. Así que siempre están insatisfechos y frustrados. Y arden de hambre hasta tal punto que a veces en las imágenes se les ve escupir fuego: su interior esta en llamas. En sus peores momentos los kakis están tan alucinados que confunden las basuras con suculentos platos y se lanzan a ellos. A estos seres les ofrecemos el ten con algunas migajas de alimento, esperando que consigan quedar satisfechos.

Todo esto nos es extraño ¿no? Podéis observar, tanto en los demás como en vosotros, que algunas de estas características que constituyen los cinco skhandas de la personalidad que consideramos como nuestra, provienen mas o menos de todos esos reinos. Cada cual puede observar en si mismo recuerdos o karmas anteriores que surgen de estos mundos y con los cuales hay que componer la propia vida y jugar en ella. Cuando lo comprendemos, nos volvemos mas tolerantes con respecto a los demás, porque no somos tan diferentes, a veces kakis, demonios o animales. Todos estos componentes están aquí. Estos reinos de renacimiento no son solo simbólicos: ¡también son nuestro día a día!

No obstante, el budismo es esencialmente positivo. Siempre hay esperanza. En cada uno de estos mundos esta representado en una esquina un bodhisattva. Esta allí, sin más no hace nada. Esta ahí para mostrar que nunca esta todo perdido. Y con su sola presencia, sin hacer nada más que estar sentado tranquilamente, como todos los budas, ayuda a los seres del mundo al que ha ido.

www.sotozen.cl

25 nov 2012



Un hombre sabio conoce cómo practicar la meditación que se asemeja al espacio;
no se apega a nada de lo que hace durante el día;
con espiritu libre,
no ambiciona ni honores,
ni fama,
ni riqueza 
ni belleza.

Milarepa



20 jun 2011

lo que renace son nuestros hábitos ...



"Lo que renace son nuestros hábitos"


El Mahayana Uttaratantra Shastra, una de las enseñanzas más detalladas sobre la naturaleza de buda, ofrece una lista corta, de cinco hábitos de organizar la experiencia que cortan o impiden nuestro reconocimiento de nuestra naturaleza esencial y que subyacen a nuestro sufrimiento mental y emocional. Son hábitos de organización y respuesta a la experiencia que nos inhiben de experimentar nuestras vidas con una mayor conciencia de libertad, claridad, sabiduría y asombro que trasciende el modelo psicoterapéutico de estar simplemente bien, bien ajustado, o normal.

El plan de Buda iba más allá de encontrarse “bien”. Su intención era que nosotros nos transformáramos en budas: que despertáramos a nuestra capacidad de enfocar cada experiencia –dolor, pena, celos, frustración, enfermedad, incluso la muerte– con la perspectiva inocente que experimentamos cuando miramos por primera vez, por ejemplo, el Gran Cañon, el Parque Nacional de Yellowstone, etc.

Antes de que el miedo, el juicio, la ansiedad, o la opinión intervenga, hay un momento de conciencia directa prístina que trasciende cualquier distinción entre la experiencia y el experimentador.

La descripción en sánscrito o tibetano de estos bloqueadores de la Naturaleza de Buda es muy larga. Es mejor condensarlos de una forma fácilmente comprensible al lector contemporáneo.

El primer bloqueador se conoce como (la traducción es más difícil, sería algo así como) “pusilanimidad”, “timidez”. A un nivel profundo, el término apunta a la tendencia enraizada a juzgar nos o criticar nos a nosotros mismos, exagerando lo que consideramos defectos en la forma de pensar, sentir, en el carácter o comportamiento. A nuestros ojos, nos vemos incompetentes, insuficientes, o “malos”.

Dukkha, o sufrimiento, es una condición universal, pero la forma particular en que se manifiesta varia de un individuo a otro.

El odio hacia uno mismo es, tal vez, un ejemplo extremo del primer bloqueador de la naturaleza de buda, la tendencia a menos preciarnos a nosotros mismos. Hay términos menos severos como: culpa, vergüenza, lástima, o enfado hacia uno mismo por no lograr un objetivo o por decir cosas en el “calor del momento”.

De mis conversaciones con neurocientíficos y psicólogos, sé que las fases dolorosas de autocrítica refuerzan la potencia de la enfermedad física –que a su vez, refuerzan los pensamientos destructivos y los sentimientos que los acompañan…

De los cinco Obstáculos a la Naturaleza de Buda, la auto-crítica es, a lo mejor, el más fácil de identificar. Es más difícil para nosotros reconocer nuestra actitud crítica hacia los demás, que es la esencia del segundo Obstáculo. Traducido a veces como, “desdén por los que son inferiores”, la visión crítica de los demás. Una interpretación estrecha de este punto es ver a los demás como menos importante, menos competente, o menos merecedores que nosotros mismos. Una interpretación más amplia es la tendencia de culpar a los demás de los desafíos que experimentamos. Alguien está siempre molestándonos en nuestro camino, y este alguien más siempre está equivocado, es malo, tozudo, ignorante o manipulador.

Igual que el primer y el segundo obstáculo representan extremos sobre la crítica y el juicio, el tercero y el cuarto representan visiones opuestas sobre la naturaleza de la experiencia, perspectivas que puede decir se, sostienen la primera y segunda distorsión.

El tercero sería “ver lo irreal como real”. Básicamente, estos términos significan una adherencia a la creencia que las cualidades que vemos en nosotros, en los demás, o en las condiciones, existen verdaderamente, de forma permanente o inherente.

El cuarto, “ver lo verdadero como falso” representa la perspectiva opuesta: una negación, un rechazo de nuestra naturaleza de buda. La idea de una naturaleza pura, clara, libre, suena muy bonita, pero en lo profundo de nuestro corazón creemos que es una fantasía –una idea soñada por los místicos.

El quinto y último Obstáculo a la naturaleza de buda, que puede considerarse el fundamente de los demás, se interpreta tradicionalmente como auto-obsesión o auto-preocupación. En términos modernos, lo podemos entender como el “mito del yo” –un anhelo desesperado por tener estabilidad en términos de “yo” y “mío”. Mi situación, mi opinión –tanto si incluye auto-crítica, crítica hacia los demás, …

BUDDHA NATURE BLOCKERS
-Lo que bloquea la naturaleza de buda-

19 jun 2011

experimenta y defiende tu práctica espiritual
asi como una madre amante vive y defiende a
su único hijo ...
Aquellos que quieren que yo sufra

Son como Budas bendiciéndome,

Ellos me elevan más allá de todo peligro,

¿Por qué debo resentirlos?

 
(Shantideva)

14 jun 2011


la primer panorámica
humildemente ofrecida
a mis maestros


 CANTO DEL CAYADO


Reverencia a todos los gurús

La única posesión del Jetsun Milarepa, después de haber re­nunciado a todas sus pertenencias mundanas y a las cosas ma­teriales, era un cayado de caña. Un día, llevando su cayado, Milarepa se fue a pedir limosnas con su discípulo Sevan Repa hasta el valle de Jen. Llegaron a una rústica casa que se levantaba cerca del río. A excepción de una anciana no había allí ni un alma viviente. Milarepa le pidió limosna, pero ella dijo: "Soy una anciana que carece de un centavo; pero al otro lado del campo vive un hombre rico de nombre Shang Chub Bar, quien está trabajando en su ha­cienda. Vayan allá, pídanle a él y sus deseos serán satisfechos".
Cuando llegaron a la casa del acaudalado hombre vieron a éste escogiendo la semilla para sembrar. Milarepa le dijo: "Querido patrón, nos han dicho que eres rico y venimos aquí por limosna". El hombre contestó: "Es grato ofrecerles limosna; pero, si real­mente eres un yogui, comprenderás sin duda el sentido simbólico de las cosas y por lo tanto serás capaz de predicar un sermón ejemplar. Ahora, por favor, utiliza mi hacienda como parábola y entona un canto de prédica". Entonces el Jetsun y Sevan cantaron al unísono:

Oh mi arrogante y orgulloso benefactor,
 escúchame, rico hombre de Ngan Tson.

En este mes de primavera los aldeanos
del Tíbet están ocupados en sus granjas.
Yo, el yogui, también siembro.

Sobre los malos campos del deseo,
esparzo el fertilizante de la práctica preparatoria; [1]
abono el campo con el estiércol de los cinco néctares; [2]
siembro la semilla de la mente sin confusión,
y la echo junto con el pensamiento que discierne.
Aro con los bueyes de la no-dualidad
que van atados al arado de la sabiduría;
el mecate de la nariz es la observancia de los preceptos
y la cincha es el esfuerzo de la no distracción.
El látigo es diligencia y las bridas son destreza.
Con estos instrumentos y esfuerzos brota el botón del bodhi;
cumplida la estación, mis frutos madurarán.
Tú eres un granjero que cosecha cada año;
yo cultivo para la eternidad.
Cuando cosechas, estás orgulloso y alegre.
Al final, ¿cuál de nosotros estará más feliz?

Como alegoría he predicado este canto de la siembra.
Aunque eres orgulloso y arrogante, conténtate y alégrate,
acumula méritos para tu propio beneficio
haciendo muchas ofrendas.

El hombre contradijo: "Querido yogui, veo que traes un cayado en tu mano. ¿Qué significado tiene? ¿Es una distracción, como un juguete para un niño, o es el apoyo de un lunático? Dime, por favor, ¿para qué es?". Entonces Milarepa cantó:

¡Escucha; querido protector inquisitivo!
¿Sabes quién soy?
Soy el yogui Milarepa,
que sigue en el sendero del ascetismo;
soy un yogui grande en fortaleza y perseverancia,
el cual no tiene limitaciones.

El cayado en mi mano
crecía en el hueco de una roca.
Fue cortado con una hoz y se tornó
compañero de varones salvajes.

Viene de Nepal, del Sur;
y de él cuelgo los sutras mahayanas;
lo traigo al mercado;
me lo regaló un seguidor ferviente.
Esta es la historia de mi bastón.
Si no entiendes su significado,
escúchame con atención:

Su firme base, cortada cerca de la raíz,
simboliza "cortado" del samsara.
Su delgado final, cortado muy cerca de lo alto,
simboliza la siega de toda duda y confusión.
Tiene dos cubitos [3] de largo que representan
las cualidades gemelas de un budista. [4]

En cuanto a su buena calidad y flexibilidad, es como
la esencia original de la mente buena y sonora.
El barniz, de un agradable marrón, es como
la gran armonía de la "naturaleza original de la mente".

Recto y dócil, es el símbolo de
la práctica y la devoción sin error.

Las ranuras delgadas que ves indican
la perfección del sendero bodhi,
los cuatro segmentos de la caña
son los cuatro deseos infinitos, [5]
los tres nudos simbolizan los tres cuerpos del Buda.
Nunca le cambia el color. Eso significa
la realidad inmutable del Principio base. [6]
Su cabeza, curvada y recubierta, señala
que la naturaleza de lo real está "más allá del juego de palabras";
su apariencia blanca y brillante es como
el dharmakaya inmaculado y puro.

Los agujeros simbolizan la naturaleza vacía de todos los seres,
los puntos o lunares son símbolo del solo Tig Le.
Las dispersas manchas negras quieren decir
que un yogui tibetano y sus discípulos
tienen escasos pensamientos que los disturben.

Ésta, la más excelente de las cañas, semeja
mi devoción y práctica en acatamiento al dharma.
Su elegancia y encanto son como
la sinceridad y la fe de mis discípulos.

El casquillo de hierro en la punta significa
la perseverancia del yogui en la ermita.
El asa recubierta de cobre es
el dominio y la atracción sobre las dakinis.

La uña sujeta a la punta equivale
a la bravía diligencia de los yoguis;
el anillo de bronce que le cuelga es la representación
del aumento de méritos internos.

El ornamento de Sha fíram que pende
es la flexible comprensión del yogui.
Los dos cordeles entretejidos representan
la entrada del doble camino en uno solo,
los entreverados lazos de madre e hijo,
el encuentro con la madre de los tres cuerpos.

Los ornamentos de hueso que cuelgan del cayado
significan los muchos viajes para el yogui.
El pedernal y el fuelle significan
que todo lo que vea y encuentre
será amigo del yogui.

La concha blanca pendiente del cayado,
me dice que debo dar la vuelta a la rueda del dharma.
La banderola de cuero simboliza
la actitud del yogui que no teme ni se avergüenza.

El espejo que cuelga del cayado
es la iluminación que brilla dentro.
El afilado cuchillo indica
que la pena de las pasiones será cortada.
El cristal de roca equivale
a la purificación de los corrompidos pensamientos habituales.

La cadena de marfil, colgante del cayado,
es la cadena del respeto entre gurú y discípulo.
El juego de campanas simboliza mi gran reputación;
los cordones rojiblancos de lana,
que numerosos serán mis discípulos.

El hermoso cayado que sostengo
es medio y símbolo del triunfo sobre los seres demoníacos.
Patrón, has preguntado por el significado de este cayado,
lo cual prueba que tienes sinceridad y fe.
Este encuentro testimonia
nuestros deseos puros acumulados en vidas pasadas.

Para los humanos y los devas, los cuales conciben todo símbolo,
he cantado este "canto del cayado blanco".
Reverencia y aprecia su enseñanza del dharma.
Querido patrón, espero que practiques el dharma
y obtengas suprema felicidad.

En el corazón del hombre rico surgió una gran fe. Postrándose a los pies de Milarepa, dijo: "Querido lama, te serviré desde ahora hasta el día de mi muerte. Por favor, ven y vive permanente­mente en mi casa". Pero el Jetsun y Sevan Repa no prometieron estar más de siete días, diciéndole: "No deseamos aceptar tus ofrecimientos mundanos". Al cabo de esos días, cuando se dis­ponían a partir, el hacendado gritó: "Como ustedes han resuelto partir, por favor, antes de irse expónganos sus experiencias y rea­lizaciones durante la meditación". En respuesta el Jetsun y su discípulo cantaron al unísono.

Escúchame, ferviente bienhechor,
¡que eres adinerado pero imprudente!
Es fácil hablar del dharma, pero difícil practicarlo.

Oh ustedes, gente confusa y mundana,
siempre están desperdiciando su tiempo en el ocio.
Aunque la mente les está diciendo: "Debo practicar el dharma",
sus vidas se pierden en el deslizarse de las horas.
Ahora deben decidirse a empezar la práctica.

El agua fría de la montaña
cura las enfermedades de la vesícula,
Pero sólo los guacos y los pájaros pueden alcanzarla;
las bestias del valle no tienen acceso a ella.

La espada de hierro celestial, [7] que cae cuando truena,
es lanza que destruye al enemigo,
pero sólo el elefante protector de la tierra
puede agarrarla y utilizarla con eficacia;
los elefantes pequeños carecen de fuerza.

El néctar del cielo es la esencia de la longevidad
que guarda por siempre el vigor corporal,
pero sólo el santo gurú Nagarjuna puede usarlo;
no todos los que practican el dharma.

El arca de oro que alegra
es tesoro que erradica la pobreza;
pero sólo "el príncipe del plenilunio" puede poseerla;
no es para gente común.

La gema maravillosa que está en el fondo del océano
es el prodigio que otorga todo deseo,
pero pertenece al dragón de la felicidad;
los hombres de la Tierra no pueden obtenerla.

En verdad que tiene una gran vista el palacio
del cielo gozoso.
pero sólo el gurú Asanga se recrea en ella;
ningún ser humano puede llegar allí, ni verla.

La medicina de los seis méritos
puede curar fríos y fiebres.
Está hecha de madera del tsan dan,
y no de algún otro árbol.

Las diez virtudes blancas de la ley de causa y efecto
capacitan para escalar los altos reinos,
pero sólo quienes tienen fe pueden practicarlas;
los grandes pecadores no son libres.

La instrucción medular del gurú
capacita para ganar la más alta iluminación,
pero sólo aquel que tiene un karma propicio puede aprenderla y practicarla;
sin capacidad o karma es escasa la oportunidad.

La preciosa instrucción-medular de la sucesión oral
capacita sin falta, para llegar a ser Buda,
pero sólo determinados hombres pueden seguirla;
no los buscadores de placeres como ustedes.

La pobreza se acaba teniendo comida y riqueza,
la cual los listos y generosos pronto amasan,
pero los míseros nunca pueden disfrutarla.

La generosidad es un mérito del cual uno puede ufanarse.
Tú, rico hombre de Ngan Tson, la tienes;
pero no todos los acaudalados son generosos.

Yo, Milarepa y el discípulo Se Ston Repa, [8]
debido a votos formulados en vidas pasadas,
nos hemos quedado
contigo, rico hombre de Jenlun Ngan Tson,
durante siete deliciosos días. Ahora tenemos que irnos.
¡Salud y larga vida para ti y los tuyos!

Luego, Milarepa expresó: "Me has ofrecido alimento y hospe­daje. Y yo he predicado para ti. Esta relación es importante. Quien reverencia y se regocija en el dharma, y tiene todo el tiempo fe, está plantando la semilla del dharma, de la cual nacerá en vidas futuras la sabiduría innata. Quien practique correctamente un buen voto no tendrá que aprender muchas enseñanzas. Tampoco tendrá que asociarse mucho tiempo con su gurú. Si las condiciones externas y la semilla en el interior de nuestra propia mente se encuentran, aunque por algún tiempo se pierda el camino, el poder de esa semilla-voto nos conducirá finalmente al sendero correcto. Por lo tanto, la fe y la sinceridad son muy importantes. Hoy en día, como la gente no acumula méritos (practicando actos virtuosos), apenas si notan los méritos internos de los otros, sólo reparan en sus faltas, aunque éstas sean pequeñas e insignificantes. Si tienes fe en mí no habrá diferencia alguna en el hecho de que yo viva lejos o cerca de ti. Si viviéramos muy cerca y nuestras relaciones comunes se volvieran muy íntimas, lo único que surgiría de ella serían con­flictos y discordia. Creo que de momento, es muy difícil para ti ser un perfecto practicante del dharma. Debes tratar de comprender tus pensamientos habituales. De cualquier modo, haré un voto por ti y también tú trataras de orar y tener fe en mí. Si ahora practicas actos virtuosos y pones tu fe en el dharma, nacerás en un país especial y favorable, con condiciones perfectas y medios propicios (para practicar el dharma). Para un verdadero seguidor del dharma no hace falta ir a diferentes sitios. Nuevamente repito: quien ve muchas faltas en los demás, es en sí una persona ignorante. Para ustedes los mundanos su tierra natal es siempre lo mejor, también son afectos a las grandes ceremonias religiosas. Pero si están lle­nos de buena voluntad y dan provisiones generosas a un simple men­digo, será suficiente. No tiene caso decir "esta enseñanza es buena, y aquella otra es mala"; nunca deben ser sectarios. Difícil les será imitarme. No puede la zorra ir donde salta el león, se quebrará el espinazo si intenta imitarlo. Ciertamente, para la mayoría de los amantes del dharma, será muy difícil seguir mi modo de practi­carlo. Espero que tú, el aristócrata, nunca perderás la fe en el dharma".
Al terminar estas palabras, Milarepa y su discípulo se fueron en busca de más limosnas, y pronto llegaron a un pueblo donde encontraron a un yogui que parecía y llevaba indumentaria de se­guidor tántrico. Este yogui se dirigió a Milarepa: "Amado yogui, ¿de dónde vienes? A juzgar por tu apariencia parece que eres persona de visión y práctica puras y acción equilibrada. [9] ¿Tienes algo útil que decir para que mi progreso avance?" Milarepa replicó: "¿Tienes tú verdadera comprensión de lo que significa la visión, la práctica y la acción? Si no es así, podría explicarte sobre la mía propia, pero tal vez ni lo apreciarías. Mejor será que esta mañana dejemos propiciamente establecida una relación kármica entre los dos". "No importa —dijo el yogui—. Te daré limosna. Yo también soy maestro de tantrismo, y tengo algún conocimiento de estas cosas. Según mi escuela, la visión, la práctica y la acción son como esto... "Y así largamente, expuso la enseñanza. Luego pre­guntó a Milarepa: "¿Tu escuela coincide con la mía?" Milarepa contestó: "Quien no teme al samsara, renuncia al mundo y sigue las instrucciones de un gurú calificado, con un intenso deseo de alcanzar inmediatamente el estado búdico; pero, guiado por sus ape­gos y sus instintos demoníacos, estará propenso a convertirse en charlatán. Aunque pueda hablar largamente sobre la visión, la práctica y la acción estaré perdido". Y el Jetsun cantó así:

¡Escucha, gran maestro!
Difícil es ayudar a otros si no se renuncia a este mundo.
Si no comprendes que samsara y nirvana son uno,
y tienes ideas imaginarias y brumosas en tu mente,
condescenderás a gratificar tus sentidos libremente
y serás arrastrado por el torrente de los ocho deseos.

Debes observarte con atención y preguntarte:
"¿He realizado la verdad del dos en uno
que está más allá de los extremos, [10]
o me he lanzado yo mismo sobre los cuatro límites?[11]

¿Está mi práctica libre de 'esfuerzo mental'?
¿Estoy obsesionado por el fantasma de 'nombre y sustancia'?
¿El embeleso de mi bendito samadhi
es un estado ilusorio, viciado por el apego codicioso?

¿He sido sacudido por las leyes de la forma
sin gracia ni bendición?
Cuando medito en la identidad de la manifestación y el gurú [12]
¿vaga mi conciencia?

Cuando muestro la verdad mediante los símbolos tántricos,
¿he enseñado la verdad más allá de todos los símbolos?
¿He manchado con 'esfuerzo intencional' y he distorsionado
la propia mente original pura?

¿He hecho lo que he querido
en modo tal como nunca lo haría un lama?
¿Me he preguntado alguna vez: '¿Soy conciente
de que la prosperidad mundana y sus logros
son sólo obstáculos puestos así por el demonio?

Si no comprendes ni practicas
con gracia las enseñanzas de la estirpe,
el demonio te confundirá con sus artes.
Entonces nunca podrás liberarte
de los reinos y miserias del samsara.
Entrégate a una genuina estirpe, y practica
tus devociones sin apego ni autocomplacencia.

Al oír este canto, el maestro se volvió hacia Milarepa lleno de fe y confianza, y exclamó: "¡Esto es en verdad maravilloso!" Se postró a los pies del Jetsun y lo invitó a su casa, dándole ofrendas perfectas y sirviéndole. Luego le pidió lo aceptara como discípulo. Conociendo el Jetsun que era persona dotada, concedió lo pedido. Así pues, regresaron los tres a la montaña nevada de Lashi. Después de recibir la iniciación y la instrucción medular, el yogui tántrico obtuvo logros y alcanzó el estado de la liberación. Finalmente su destino lo llevó a ser uno de los hijos del corazón de Milarepa, y fue conocido con el nombre de Changchub Jarbo, el maestro de Ngan Tson.




[1] 1. Práctica preparatoria. Antes de comprometerse en las prácticas princi­pales de meditación tales como: yoga de elevación, yoga de perfección y mahamudra, el yogui debe completar todas las prácticas preparatorias. Las cuatro mil comunes son:
a) 100 000 postraciones ante los símbolos de los iniciados.
b) 100 000 oraciones al gurú personal y al Buda protector o patrono.
c) 100 000 oraciones de penitencia con 100 000 mantras a Vajrasattva.
d) Ofrendar 100 000 mandalas.
[2] Los cinco néctares. Cinco diferentes secreciones del cuerpo humano.
[3] Dos cubitos o troos. La palabra tibetana troo denota una unidad local de medida. Su largo es del codo a la punta del dedo medio.
[4] Cualidades gemelas. Probablemente los méritos de sabiduría y compasión.
[5] Cuatro deseos infinitos:
a) Que todos los seres sensitivos siembren la semilla de la felicidad y ob­tengan ésta.
b) Que todo ser provisto de sentimiento evite el sufrimiento y la causa del sufrimiento.
c) Que todo ser provisto de sentimiento obtenga la felicidad pura.
d) Que todo ser provisto de sentimiento alcance el estado de tranquilidad. (Ver historia 17, nota 25, tomo I).
[6] Principio, raíz o base. (Véase historia 12, nota 5, 6, 7, tomo I).
[7] Hierro celestial. Según la leyenda tibetana, las lanzas hechas de metal de meteorito son extremadamente fuertes y valiosas.
[8] Probablemente un error de escritura por "Sevan Repa".
[9] Acción equilibrada. Absorto en el reino de la "igualdad, de Samsara y Nirvana", el ser iluminado actúa sin temor indiferente a todo tiempo.
[10] Literalmente: "Más allá de los cuatro límites". (Véase nota 11).
[11] Los cuatro límites o finales son los cuatro patrones básicos sobre los cuales se establece la opinión acerca de la realidad. Estos son:
a) Positiva o el ser.
b) Negativa o el no ser.
c) Una combinación de ambos, ser y no ser.
d) Un estado más allá del ser y del no ser. Si no se adhiere a cualquiera de estos "limites" o "fines" se dice, según el budismo, que ha perdido el hilo.
[12] Un yogui tántrico debe saber que toda manifestación es representación de la Verdad Absoluta, y que el "Gurú real", encarnación del Absoluto, es su propia madre. Así pues, meditar en la propia mente es realizar la identidad de las manifestaciones y gurús.
CANTOS DE MILAREPA