No se enojen cuando se les insulte, no tengan odio cuando se les golpee, soporten lo insoportable y olviden todas las burlas y ridiculeces.
Sin pensar en el frio ni el calor, sin interrupción, mantengan para siempre el solo o único pensamiento de Amitabha.
Sin embotamiento ni confusión, sean como el abeto y el ciprés que desafían el frío amargo.
No duden del Buda, no duden del Dharma; sean conscientes de lo que vean y escuchen porque cada “ver” y “escuchar” es buen conocimiento.
Traspasen el libro, penetren el pellejo del toro y tengan cuidado con la perfecta y brillante naturaleza y su solo corazón. Esto también significa regresar al origen o lograr la liberación. Después de regresar a la naturaleza original uno se vuelve libre.
No existe la “no-existencia” y la vacuidad tampoco es vacuidad, el potencial divino maravilloso e inconcebible está descubierto, cuando llegues aquí y alcances esto, vale la pene todo el esfuerzo.
Un solo anuncio pronunciado en “la Tierra de la Causa” lo dirigirá a uno hacia su liberación definitiva.
Shi-fu Hsu Yun – El himno del saco de pellejo – Escrito a los 19 años.
fuente: fb : budismo tierra pura devachén