Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

23 feb 2013

Dar felicidad y tomar felicidad


Se dice que la felicidad es la mejor nutrición del alma. Vivir en un estado de felicidad es vivir en plenitud.
Sin embargo, esto sólo es posible cuando entendemos la diferencia entre la felicidad espiritual y la felicidad limitada y temporal, es decir, basada en la satisfacción de los deseos limitados de la mente.


La felicidad que de verdad nos nutre no proviene del exterior, del mundo físico material que nos rodea. La felicidad espiritual es una felicidad sutil que surge de forma natural cuando llenamos nuestro intelecto de conocimiento espiritual, cuando llenamos nuestra mente y corazón con experiencias de amor y silencio, cuando desarrollamos todo nuestro potencial de cualidades y virtudes y cuando contribuimos al mundo de forma significativa para elevar la conciencia de quienes nos rodean.

La felicidad temporal es una experiencia transitoria que se produce al satisfacer algún deseo limitado. Sea una satisfacción a través de los sentidos físicos o la consecución de cierto respeto, consideración, nombre o fama, esta felicidad ni nos llena ni nos nutre realmente. Sólo nos deja satisfechos temporalmente, lo que provoca que volvamos a buscar esos estímulos, llegando a desarrollar adicciones.
La felicidad que necesita el alma es un estado, no una sensación pasajera. Se trata de vivir desde la felicidad y no sólo en su búsqueda. Esto es posible cuando reconocemos y experimentamos que mi naturaleza eterna, la del alma, es de felicidad. Se trata de conectar con mi esencia de felicidad.

Y otro principio espiritual importante a fin de mantener la experiencia de la felicidad es entender que cuanto más donamos felicidad a otros, más incrementa la nuestra. La felicidad nunca se consume al compartirla, sino al contrario, incrementa en nuestro interior y a la vez llena de luz la vida de los demás.

Por otro lado, para proteger este tesoro más preciado de la felicidad, es esencial desaprender el hábito de tomar pesar. A veces son los demás los que se comportan de forma negativa o infeliz, y cometemos un gran error cuando nos dejamos influenciar por su infelicidad.
Con atención y con sabiduría, tenemos que aprender el arte de preservar nuestra felicidad interior, como quien protege un espacio sagrado, donde no debemos permitir que entre ninguna influencia que no queremos. Esto requiere determinación y la fortaleza del silencio que obtenemos de la práctica de la meditación.
Asociación Espiritual Mundial Brahma Kumaris

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