escuchando silencios ... pretendidos haikus ... nacen desde la floresta ...
Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
3 feb 2013
la ira
Hemos “aprendido a creer” que es normal enfadarse con los demás, con el mundo, incluso con uno mismo. Los padres y los jefes puede que incluso hayan aprendido a usar la emoción de la ira para atemorizar a los demás y conseguir que hagan lo que ellos quieren. Pocas personas se dan cuenta de que cuando nos enfadamos, nosotros somos los primeros en sufrir y los que más lo hacemos.
Después, cuando alguien aparece y sugiere que la ira no es una buena idea, y que no es una emoción sana, se resisten a esta creencia e incluso discuten para defender su ira!
Es sólo cuando experimentamos la verdad de nuestra paz interior y nos damos cuenta de que la paz es nuestro estado natural, que el argumento de que “la ira es normal y parte de la vida” se descubre como erróneo y falaz.
En la experiencia de la verdadera paz interior también nos damos cuenta, desde lo profundo de nuestra conciencia, de que en realidad no dependemos de nadie para experimentar nuestros sentimientos de paz, felicidad, contento y alegría. Esta experiencia de completa libertad interior termina con una de las creencias más profundas que la mayoría hemos aprendido, que es la de que dependemos de los demás, de los eventos y de las situaciones para sentir lo que sentimos.
Liberarnos de la ira no quiere decir que en las situaciones prácticas no nos expresemos ni digamos nada y nos sentemos en una resignación dichosa o en una especie de estupor meditativo! En vez de reaccionar desde la ira, experimentamos una renovada intención y una capacidad expandida de entender a los demás y permanecer vitalmente conectados con los demás.
Asociación Espiritual Mundial Brahma Kumaris
A veces nos gusta practicar la "victimitis" como una manera de conseguir que los demás hagan lo que nosotros queramos. Montamos una pataleta de ira para lograr el control deseado.
Jugamos a aquello de "no hagan que coja rabias, le puede dar algo". Manejamos ese recurso a nuestro antojo. ¿cierto? Recuerdo a una tía que cuando le llevaban la contraria le daban los famosos "ataques", pero siempre buscaba estar al lado de algo blando donde caer desvanecida.
Es una práctica que aunque parezca que nos da buenos resultados para lograr nuestros propósitos de dominación, no es menos cierto que va horadando nuestra salud física, mental y emocional.
La personalidad, es decir, el "ego", el pequeño tirano, siempre busca de salir victorioso en sus caprichos y para ello se vale de cualquier artimaña.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario