EL PAVO EN EL BUDISMO
Las cualidades de la iluminación son representadas en el Budismo Mahayana por cinco imágenes del Buddha, las cuales son colocadas en el plano simbólico que es el mandala. Al oeste del mandala se ubica el reino del Buddha de la compasión: Amitabha. Este iluminado es de color rojo y habita el reino mágico, la tierra pura llamada Sukhavati, el “país de la dulzura”. Los budistas devotos de Amitabha, al atardecer, nos volvemos hacia el poniente y cantamos su mantra maravilloso: “¡Om Ami Deva Hrih!”. Se dice que si te esfuerzas con sinceridad en la práctica espiritual y entonas con devoción este mantra, renaces en la tierra pura de Amitabha, donde puedes seguir creciendo espiritualmente para, finalmente, renacer en este mundo y alcanzar, por fin, la iluminación.
Un animal precioso sigue siempre de cerca al compasivo Amitabha. Este devoto animal no es otro que… ¡el pavo! El pavo real es famoso por poder comer criaturas venenosas, como arañas, escorpiones y víboras, sin que la ponzoña pueda dañar su salud. De la misma manera, la compasión de Amitabha es más fuerte que envidias, rencores y odios. El amor de los pavos reales por sus polluelos, que hace que ante un depredador se sacrifiquen, es similar a la generosidad del Buddha de la compasión.
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