Los conservadores, apostando por el continuismo, recomiendan examinar los candidatos con miras a sus competencias profesionales. Los liberales, con la más leve esperanza de una apertura de la Iglesia al mundo moderno, ruegan por un próximo líder con la voluntad de reformar la Curia y la tenacidad para lograrlo.
La Iglesia de hoy no necesita teólogos capaces, buenos políticos, o administradores competentes, como creen los conservadores. La Iglesia tampoco necesita reformadores valientes y vigorosos, como piensan los liberales.
fuente: www.granviacentral.wordpress.com
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