Siete gansos perforan una línea recta sobre la frígida bahía,
Los intervalos entre ellos constantemente iguales,
Alas puntiagudas cortan como unidas a un eje:
Hoy es el momento ideal entre ayer y mañana.
Cada mañana significa un nuevo comienzo de las cosas. Si ayer fue duro y agotador, hoy se nos da la oportunidad de hacer algo diferente. Si ayer fue lleno de triunfo y satisfacción, hoy es una oportunidad gratuita para llegar más lejos. Con demasiada frecuencia nos despertamos, pensamos en nuestra agenda y asumimos que debemos actuar acorde al mismo aburrido guión. No es necesario. Si encontramos lo que es único en cada día, tendremos frescura y la mayor satisfacción posible.
Si bien hemos hablado de nuestra relación con el Tao en términos de posicionamiento y oportunidad, el claro discernimiento de los intervalos es igualmente importante. Los gansos mantienen una distancia perfecta entre ellos para establecer un equilibrio dinámico; así también debemos amoldarnos a los intervalos de los eventos del día. Si, como los gansos, actuamos al unísono con aquellos momentos, entre unos y otros, y con la temporada, estaremos en total conformidad con el Tao.
El hoy está suspendido entre el hoy y el mañana. Lo que puedas haber comenzado ayer puede ser continuado o interrumpido hoy. Lo que quieres para mañana puede ser sembrado o destruido hoy. Cada mañana es un nuevo día. Esa observación es tan simple como para parecer trillada. Si pudiésemos observar lo simple, no habría necesidad de estudiar el Tao.
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