Sin fe en el Buda, no tengo amparo.
Sin fe en el Dharma, no tengo camino.
Sin fe en la Sangha, no tengo respaldo.
Sin fe en la Promesa, no tengo certeza de la victoria.
Cuando la fe no tiene tacha, la mente es pura.
Destruye el orgullo, es la raíz de la reverencia,
y es la más preciada herencia del tesoro del Dharma*.
¡Bendíceme para tener la fe que es sabiduría preclara!
Si no practico con constancia y fervor,
mis formaciones me atarán al ciclo del sufrimiento.
Si no recito el Nombre con entusiasmo y gratitud,
moriré en ansiedad y abrumado por la lamentación.
¡Bendíceme para cultivar el esfuerzo que evita, el que domina,
el esfuerzo que acrecienta, y el que sostiene!
Si no recuerdo las instrucciones de mis Maestros,
tropezaré y sucumbiré en el camino de la perfección.
Si no recuerdo la mente de la renunciación,
caeré en la trampa de la ilusión y el dolor.
¡Bendíceme para recordar la base, el sendero, y el resultado puros!
Si disipo mis pensamientos, la flecha de mi arco no alcanzará su blanco.
Si malgasto mi tiempo en prácticas triviales, la muerte me hallará desprevenido.
¡Bendíceme para vivir con gran propósito y morir con el Nombre!
Si vivo creyendo en la existencia, cosecharé sombras.
Si muero creyendo en la inexistencia, entraré a la oscuridad.
¡Bendíceme para reconocer la vacuidad de lo dependiente
y la plenitud sin límite de la Esencia del Buda!
Así como la rueda sigue al buey que tira de la carreta,
todos mis pensamientos, palabras, y obras tienen consecuencias.
¡Bendíceme para mantener mi visión tan alta como la del águila coliblanca,
y mi conducta tan cuidadosa como la de un ciego al borde del abismo!
* Palabras del Buda Sakyamuni en el sutra Avatámsaka
http://granviacentral.wordpress.com/author/greatmiddleway/
* Palabras del Buda Sakyamuni en el sutra Avatámsaka
http://granviacentral.wordpress.com/author/greatmiddleway/
No hay comentarios:
Publicar un comentario