Quien me hizo daño ya desapareció, ¿cómo inculpar a otro?
Bendíceme para no guardar rencor.
Sin importar sus faltas y sus lapsos,
herir el corazón de los demás y perturbarles contamina mi voz.
Bendíceme para no difamar.
Cuando albergo el deseo de venganza, la fiebre me abrasa el cuerpo.
Bendíceme para nunca emboscar.
Revelar las faltas y errores de mis madres declara mi bastardía.
Bendíceme para nunca hablar mal de los demás.
Si por medios directos o indirectos, traspaso culpas y deberes,
sobrecargo a otro y me privo a mí mismo.
Bendíceme para nunca poner sobre la vaca el fardo del buey.
Todos son como han de ser, y yo soy como seré:
puros como son; puro como soy.
Bendíceme para nunca competir.
Las ofrendas a las Tres Joyas no son mías.
Bendíceme para no intrigar por lucro personal.
Suponiéndolo río, si me lavo en la ciénaga, ¿qué logro?
Bendíceme para no enorgullecerme de la práctica.
Regocijarme en la pena y la muerte de otros
es la ponzoña del escorpión, corriendo por mis venas.
Bendíceme para nunca buscar mi felicidad en el mal ajeno.
Entrenamiento mental 29- 37: Evitar nueve
No guardar rencor.
No difamar.
No emboscar.
No humillar.
No poner sobre la vaca la carga del buey.
No competir.
No intrigar para obtener beneficio personal.
No enorgullecerse de la práctica.
No buscar felicidad en el sufrimiento ajeno.
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