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Edmund Blair-Leighton (Tristan and Isolda) |
Quizás los jóvenes digan que un amor tierno es un amor débil, pero no es cierto. El amor maternal es tierno. Un águila que planea por el cielo descubre a su presa entre un grupo de pollitos que picotean en un prado. Se lanza velozmente a tierra, pero antes de poder abrir sus afiladas garras para capturar a su presa, la débil y vieja gallina ha extendido ya sus alas protegiendo a todos sus polluelos. Se enfrenta cara a cara al agresor. El amor puede generar valentía y la valentía puede subyugar al fuerte. En nuestra vida rural has visto esta escena innumerables veces.
Siempre les digo tus hermanas que una mujer nunca debe competir emocionalmente con su pareja. A un hombre no le gusta tener a otra persona "varonil" en su vida privada. También les digo a tus hermanas que en la vida familiar sean responsables, pero no autoritarias. La mujer debe ganarse el amor y el respeto de su pareja a través de su femineidad y fidelidad, y no por medio de la lucha o la competitividad.
El fruto de un amor sano es un profundo júbilo que nada puede alterar ni sustituir. La belleza del amor sentimental puede ser muy hermosa a nivel literario. Sin embargo, en la práctica, es el resultado de un desequilibrio emocional o de una sensación de inseguridad. Y lo que es más importante aún, esta clase de fantasioso amor dura muy poco.
de los consejos de la madre de Hua-Ching Ni (maestro taoista)
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