la verdadera mente es Calma |
-¿Dónde está la realidad?
-Justo delante de ti --dijo el mentor.
-Entonces, ¿por qué no puedo verla?
-Porque sólo te ves a ti mismo.
Pero lo más grave es que ni siquiera nos vemos a nosotros mismos como tales, sino la envoltura y la apariencia de nosotros mismos, justo aquello que, cuando tengamos claridad y sabiduría, descubriremos que no somos.
Como método práctico para superar la ofuscación y desplegar la lucidez, también es de gran importancia detectar la ofuscación en la propia mente. No es fácil, y es necesario, entrenarse en la práctica de la meditación para irse acostumbrando a mirar dentro de la mente, examinarla y tomar conciencia de ella. En un célebre sermón de la enseñanza del Buda, el Arya-Ratnakuta, se dice:
Pero, mediante el oportuno entrenamiento y el esfuerzo debidamente aplicado, la mente puede irse tornando una colaboradora.
Hay que protegerla con cuidado, ordenarla, liberarla de obstáculos y estados aflictivos y procurarle sosiego, porque del sosiego va naciendo la claridad. Todos los sabios de la antigüedad, tanto de Oriente como de Occidente, han insistido en la necesidad de la calma mental.
En una ocasión un discípulo escéptico le dijo a su preceptor:
-Pero ¿a qué viene que insistas tanto en el sosiego?
El preceptor le dijo:
-Acércate al río y trata de ver tu rostro.
El río se deslizaba precipitadamente. El joven se miró en sus aguas, pero su rostro se desfiguraba. Volvió junto al mentor y le dijo:
-Es imposible verse la cara en esas aguas revueltas.
-Pues ahora dirígete al lago y mírate.
Así lo hizo el discípulo y al regresar junto a maestro le dijo:-En las serenas aguas del lago sí he visto perfectamente mi rostro.
-¿ Te das cuenta? El sosiego te permitirá ver con claridad, y con claridad verte a ti mismo, pero a través de las aguas revueltas de la mente no existe visión clara.
(Las zonas oscuras de tu mente - Ramiro Calle . Pags. 40-43)
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