Si la tierra, las montañas, y las aguas
serán incineradas por siete soles candentes,
y ninguna habrá de perdurar, ni siquiera en cenizas,
no debo depender de algo tan frágil
como este cuerpo físico.
Decir: “En este día, no moriré”,
y sustentar la inercia es poco sabio.
Al momento en que el cuerpo fallece,
el próximo destino está trazado.
Condiciones de la muerte hay muchas,
y pocas que la nutren y la alargan.
Aún las mejores circunstancias,
pueden causar la muerte, en sus extremos.
Entonces, ¡a practicar el Dharma!
--Lam Rim Yonán
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