Solo hay una forma de escapar del círculo del apego y de poder vernos claramente:
debemos salir de la pequeña mente y observarla. Aquello que observa no piensa, porque el observador puede observar el pensamiento. Debemos observar la mente y ver que es lo que hace. Debemos ver la forma como ella produce su cúmulo de pensamientos egocéntricos, creando tensión en el cuerpo. El proceso de salir y dar un paso hacia atrás para observar no es complicado, pero para quienes no están acostumbrados a él puede parecer nuevo y extraño e, incluso, atemorizante con la persistencia, sin embargo, se hace cada vez más fácil.
El observador no critica; juzgar no está entre las cosas que hace el observador. Este solamente mira y refleja, como un espejo. Si ante el pasa basura, es basura lo que refleja; si ante el pasan rosas, refleja rosas. El espejo sigue siendo espejo, un espejo vacío.
El observador ni siquiera acepta sólo observa.
LA VIDA TAL Y COMO ES. Enseñanzas sobre el Zen. Autor: Charlotte Joko Beck, Steve Smith. Editorial: Grupo Editorial Norma. Bogotá, Colombia (Mayo 2006), p. 43.
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