Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

5 jun 2010

la historia que se relata a continuación por Chuang Tzu, viene a continución de otra que ya fue posteada. Por si quieren volver a releer la anterior, les dejo el link:
http://escuchandosilencios.blogspot.com/2010/04/hui-tzu-dijo-chuang-tzu-el-rey-de-wei.html


Hubo un habitante del estado Sung que sabía hacer una pomada para sabañones. Su familia se había ocupado por muchas generaciones en el oficio de bataneros (blanquear la seda). Un forastero tuvo noticia del invento y ofrecióle cien monedas de oro por la receta. Reunió su parentela para deliberar el asunto. Nosotros, dijo, trabajamos de generación en generación en este nuestro oficio de blanquear la seda y no ganamos más que unas pocas monedas. Ahora, de la mañana a la noche, se nos ofrece la ocasión de vender nuestro invento en cien monedas; así que os propongo entregárselo.
El forastero, después que lo compró, habló de ello al rey del estado Wu. El estado Yüeh, molestaba, por aquel tiempo, al estado Wu. El rey de Wu envió su tropa para darle batalla por agua en el pleno rigor del invierno al reino Yüeh y le infligió una gran derrota. Como premio le asignò un buen feudo. El efeco de no agrietarse con sabañones las manos, fue uno mismo en ambos casos, pero diferente el uso que de él se supo hacer; al uno le sirvió para lograr un feudo y al otro para no tener que seguir blanqueando la seda.
Su Merced, en cambio, teniendo una calabaza de 500 libras, ¿cómo no ha sabido servirse de ella haciendo una gran tinaja con la que pudiera, atándola a la cintura, navegar por ríos y lagos y sólo ha sabido afligirse de no tener sitio para colocarla? La inteligencia de su Señoría se ha enredado y revuelto como las zarzas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario