En la corte tuvo lugar un fastuoso banquete. Todo estaba dispuesto de tal manera que cada cual se sentaba a la mesa según su rango. No había llegado todavía el monarca cuando apareció un hombre muy pobremente vestido y que se sentó en el sitio de mayor importancia. Tan insólito comportamiento indignó al primer ministro, quien le preguntó:
-¿Acaso eres un visir? El hombre repuso: -Mi rango es superior al de visir.
-¿Acaso eres un primer ministro?
-Mi rango es superior.
El primer ministro preguntó: -¿Acaso eres el mismo rey? -Mi rango es superior. Desconcertado, el primer ministro preguntó nuevamente:
-¿Acaso eres Dios? -Mi rango es superior. Y el primer ministro vociferó fuera de sí:
-Nada es superior a Dios.
El mendigo repuso apaciblemente:
-Ahora sí sabes mi identidad. Esa nada soy yo.
Cuando el hombre alcanza su máximo grado de realización obtiene un estado de bendita serenidad que está vacuo en cuanto que trasciende todos los conceptos, el ego y toda identidad personal.
escuchando silencios ... pretendidos haikus ... nacen desde la floresta ...
Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".
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