video cedido por Neo en Matrix ...
La relación estrecha entre la manera en que percibimos el mundo en el cual evolucionamos y nuestro comportamiento a ese respecto revela que nuestra comprensión de los fenómenos es muy significativa.
En efecto, considerando el tema, al final nos damos cuenta de que nos es imposible separar un fenómeno cualquiera de su contexto general.
No podemos hablar, en realidad, más que en términos de relaciones.
El estado del corazón y del espíritu del individuo (su motivación) que en el momento de la acción es la clave determinante de su contenido ético, se puede comprender fácilmente si se considera que nuestras acciones se ven afectadas cuando somos presa de emociones muy fuertes y pensamientos negativos como el odio o la cólera.
En esos momentos, nuestro espíritu y nuestro corazón están en ebullición, y eso nos conduce a perder de vista el posible impacto de nuestras acciones sobre los demás.
En efecto, podemos acabar tan preocupados que ignoremos a la vez la presencia de los demás y su derecho a la felicidad.

Si tomamos la conciencia como objeto de nuestra búsqueda, vemos que se percibe y comprende mejor en términos de creación dependiente, aunque nos veamos empujados a pensar en ella como en una cosa intrínseca e invariable.
Esto se debe al hecho de que fuera de las experiencias perceptivas, cognitivas y emotivas del individuo, es difícil probar la existencia de una entidad independiente llamada espíritu o conciencia.
Desde este punto de vista, la conciencia parece más bien una "construcción" que surge de un espectro de acontecimientos complejos.
Es fácil constatar que cuanto más transformamos nuestros corazones y nuestros espíritus y desarrollamos nuestras cualidades espirituales, más capaces somos de hacer frente a la adversidad y mayor es también la probabilidad de ver que nuestras acciones se afirman como sanas moralmente .
el rugido del léon clama



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