Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

9 jun 2011

Tao #343, 9 de Junio 2011: Alienación

Alienación

¿Por qué anhelar una tierra prometida?
La verdadera nación está en el corazón.

Hoy los Judíos se encuentran con los Tibetanos. Creen que tienen algo en común al haber sido ambos exiliados de sus propias tierras. No están solos. Los Chinos se consideran extraños nativos de tierras fuera de China. Algunos europeos han sido forzados lejos de sus lugares de nacimiento por guerras y fronteras arbitrarias. Los Nativos Americanos son alienados en sus propias tierras ancestrales. Y los descendientes de esclavos Africanos siguen siendo victimizados por grilletes institucionales.

Quienes siguen el Tao reconocen la importancia del lugar, de la gente, y de la nación. Pero no se les puede permitir a estos factores ejercer el máximo dominio. El Tao afirma la responsabilidad del individuo por sobre la gente. No podemos permitirnos el ser trabados por la trágica historia y la alienación de nuestra raza. Es nuestra responsabilidad superar eso, incluso si sólo podemos tener éxito en nuestros corazones.

Al seguir el Tao, nos unimos a un orden espiritual mayor. Hay gran consuelo en ser parte de algo que no está atado a un lugar o estado. En efecto, como el Tao no está totalmente relegado al nivel material, nadie nos lo puede quitar. Incluso si somos exiliados de nuestros hogares y arrojados en la más miserable de las prisiones, el Tao está allí para nosotros. Una vez que entramos en él, no necesitamos volver a temer la amenaza de la alienación.

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