Desde luego, los enemigos corrientes nos hacen daño: por eso los llamamos "enemigos". Pero el mal que nos hacen lo cometen para ayudarse ellos o ayudar a sus amigos, y no gratuitamente.
Por otra parte, el enemigo interior, la cólera, no tiene otra función que destruir nuestras acciones positivas y hacernos sufrir.
Por eso deberíamos enfrentarnos a ella con todos los medios de los que disponemos. Mantengamos un estado de espíritu pacífico y evitemos dejarnos sumergir en ella o trastornarnos.
[El Pequeño Libro de Sabiduría del Dalai Lama]
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