La vida es un proceso continuo que cambia para siempre. El tiempo pasa y nada permanece idéntico.
Por tanto, deberíamos tener clara conciencia de nuestra inteligencia maravillosa y de nuestro potencial único, que deberíamos explotar al máximo y de la manera más constructiva para utilizar el tiempo correctamente, con el objetivo de tener una vida decidida y llena de sentido.
Está muy bien ser no creyente y seguir siéndolo, a condición de ser afectuoso y no utilizar la inteligencia con fines destructores.
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