Santuario
La luz dorada apenas roza la bahía azul,
El aire denso de laurel.
El crepúsculo sin viento culmina en noche,
Musical charca en un protegido bosquecillo.
Aunque este mundo es turbulento, todavía hay días y lugares donde podemos darnos el lujo de algo de tranquilidad. Cuando eso sucede, está bien descansar de las tribulaciones y del esfuerzo de estar en el mundo y aprovechar lo que se nos ofrece. A veces será la apacible sensación de un atardecer, cuando el centelleante sol se reconcilia con el horizonte y un sentido de aceptación permanece en el aire. Otras veces, será la oportunidad de encontrar un lugar secreto -tal vez un pequeño bosque de árboles que promete un misterioso consuelo.
En tales lugares íntimos, frecuentemente podemos encontrar paz. Tal quietud puede ser incluso preciosa, como cuando notamos la profunda voz de un arroyo al que estuvimos siempre demasiado ocupados para escuchar antes. En efecto, a veces estamos tan desgastados por nuestras actividades diarias que olvidamos notar nuestra necesidad de recargarnos.
La renovación es un profundo tónico. Con el santuario y el descanso, podemos prepararnos para avanzar otra vez.
este es mi santuario |
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