Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

AVISO

queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

1 nov 2012

De un capullo, sólo una promesa.
Luego una delicada apertura:
Rico florecer, fragancia rebosante,
La realización del centro.

La verdadera belleza viene de adentro. Toma una flor como ejemplo. Al comienzo es sólo un capullo. Todavía no le muestra su encanto al mundo, no atrae abejas o mariposas, y no puede volverse fruto todavía. Sólo cuando se abre revela la belleza en su centro. Allí está el foco de su exquisitez, la fuente de su aroma, allí está su dulce néctar. De la misma manera, nuestra propia y única belleza viene de adentro.

Nuestra gloria no tiene nada que ver con nuestra apariencia o nuestra ocupación. Nuestras cualidades especiales vienen de una fuente interior. Debemos cuidar de abrirnos y florecer natural y tranquilamente, manteniendo el centro. Es de allí que viene todo el misterio y el poder, y es bueno dejarlo desplegarse a su propio tiempo.

Tal como una flor pasa por etapas -capullo, abrirse, florecer, polinizar, marchitarse, dar fruto, caer- cada uno de nosotros pasará a través de las etapas obvias del nacimiento a la muerte. No tenemos un mismo carácter a lo largo de la vida. Cambiamos y crecemos. Nuestras identidades se despliegan y florecen. A menos que logremos el centro y mantengamos nuestras evoluciones, no podremos nunca alcanzar verdadera independencia en nuestras vidas.


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