1.Sabiduría: Entendimiento Correcto y Aspiración Correcta
ASPIRACIÓN CORRECTA
El segundo elemento del Óctuple Sendero es samma sankappa. A veces esto se traduce como “Recto pensamiento”, pensar del modo correcto. Sin embargo, en realidad tiene una cualidad más dinámica —como de “intención”, “actitud” o “aspiración”. Me gusta usar la palabra “aspiración” porque de algún modo es muy significativa en este Óctuple Sendero —porque de hecho aspiramos.
Es importante ver que la aspiración no es deseo. La palabra Pali “tanha” significa deseo que procede de la ignorancia, mientras que “sankappa” significa aspiración que no procede de la ignorancia. Podríais pensar que aspiración es un tipo de tanha, querer iluminarse (bhava tanha) —pero samma sankappa proviene del Entendimiento Correcto, de ver con claridad. No es querer devenir algo; no es el deseo de convertirse en una persona iluminada. Con el Entendimiento Correcto, toda esa ilusión y manera de pensar ya no tiene ningún sentido.
La aspiración es un sentimiento, una intención, actitud o movimiento interno. El espíritu se eleva, no se hunde —¡no es desesperación! Cuando hay Entendimiento Correcto, aspiramos a la verdad, a la belleza y a la bondad. Samma ditthi y samma sankappa, Entendimiento Correcto y Aspiración Correcta, son ambas pañña o sabiduría y componen la primera de las tres secciones del Noble Sendero.
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Podemos contemplar: ¿Cómo es que seguimos sintiéndonos descontentos, incluso cuando tenemos lo mejor de todo? No somos totalmente felices ni teniendo una casa bonita, coche, el matrimonio perfecto, niños preciosos e inteligentes y todo lo demás —cuando no tenemos nada de eso, ¡por supuesto que no estamos contentos! ... Si no lo tenemos, podemos pensar, “Bueno, si hubiera tenido todo lo mejor, habría estado contento.” Pero no es verdad. La Tierra no es lugar para contentarnos; no se supone que deba serlo. Cuando nos damos cuenta de eso, ya no esperamos estar contentos en el planeta Tierra; ya no hacemos esa demanda.
Hasta que veamos que este planeta no puede satisfacer todas nuestras demandas, seguiremos preguntándonos, “¿Cómo es que no me haces feliz, Madre Tierra?”
Si nos contentáramos, no nos haríamos preguntas sobre las cosas. Y sin embargo reconocemos que hay algo más que el suelo bajo nuestros pies; hay algo por encima de nosotros que no llegamos a entender. Tenemos la capacidad de maravillarnos y de hacernos preguntas sobre la vida, de contemplar su significado. Si queréis saber qué significa vuestra vida, no podéis contentaros solamente con la riqueza material, el confort y la seguridad.
Así que aspiramos a conocer la verdad. Podríais pensar que esto es una especie de deseo o aspiración presuntuoso, “¿Quién me he creído que soy? ¿Una especie de listillo que va a descubrir la verdad de todas las cosas?” Pero existe esta aspiración.
Nuestro lado animal no aspira; no sabe nada sobre tales aspiraciones. Pero en cada uno de nosotros hay una inteligencia intuitiva que quiere saber; siempre está con nosotros, pero tendemos a no darnos cuenta de ella; no la comprendemos. Tendemos a descartarla o a desconfiar de ella —sobre todo los materialistas modernos. Ellos creen que sólo es una fantasía y no es real.
Por lo que a mi respecta, fui muy feliz cuando me di cuenta de que el planeta no es mi hogar de verdad. Siempre lo había sospechado. Me acuerdo de que cuando era pequeño solía pensar, “Yo no pertenezco a este sitio.” Nunca he sentido de forma particular que el planeta Tierra fuera el lugar al que pertenezco —incluso antes de ser monje, nunca sentí que encajara en la sociedad. Para algunas personas, eso podrían ser sólo los problemas de un neurótico, pero quizás también podría ser una clase de intuición que los niños tienen a veces. Cuando eres inocente, tu mente es muy intuitiva. La mente de los niños está más intuitivamente en contacto con las fuerzas misteriosas que la de la mayoría de los adultos. Al ir creciendo vamos quedando condicionados a pensar de maneras preestablecidas y a tener ideas fijas acerca de lo que es real y lo que no. Cuando desarrollamos el ego, la sociedad dicta lo que es real y lo que no, lo que está bien y lo que está mal, y empezamos a interpretar el mundo a través de esas percepciones fijas. Algo que solemos encontrar encantador en los niños es que ellos todavía no hacen eso; ellos todavía ven el mundo con la mente intuitiva que todavía no ha sido condicionada.
La meditación es una manera de desacondicionar la mente que nos ayuda a dejar todas esas percepciones estáticas e ideas fijas que tenemos. Ordinariamente, lo real se ignora mientras que otorgamos toda nuestra atención a lo que no es real. Eso es lo que la ignorancia (avijja) es.
La contemplación de nuestras aspiraciones humanas nos conecta a algo mayor que simplemente al reino animal del planeta Tierra. Para mí esa conexión parece más cierta que la idea de que esto es todo lo que hay; que una vez morimos nuestros cuerpos se pudren y no hay nada más que eso. Cuando reflexionamos y nos hacemos preguntas sobre este universo en que vivimos, vemos que es muy vasto, misterioso e incomprensible para nosotros. Sin embargo cuando confiamos más en nuestra mente intuitiva, podemos abrirnos a cosas que se nos habían olvidado o a las que nunca habíamos estado abiertos —nos abrimos al abandonar las reacciones estáticas y condicionadas.
Podemos tener la idea fija de ser una personalidad, de ser un hombre o una mujer, un inglés o un americano. Estas cosas pueden ser muy reales para nosotros y nos podemos disgustar y enfadarnos mucho por su causa. Incluso estamos dispuestos a matarnos entre nosotros por culpa de estas vistas condicionadas que sostenemos y en las que creemos y que nunca nos cuestionamos. Sin la Aspiración Correcta y el Entendimiento Correcto, sin pañña, nunca vemos la verdadera naturaleza de estas vistas.
Ven. Sumedho.
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