La percepción de la interdependencia favorece una gran apertura de espíritu.
En general, en lugar de percibir que lo que nosotros experimentamos resulta de un complicado entrelazamiento de causas, llegamos a atribuir la felicidad o la tristeza, por ejemplo, a causas individuales.
Pero si fuera ése el caso, en cuanto estuviéramos en contacto con aquello que consideramos bueno, seríamos automáticamente felices, e inversamente, en el caso de las cosas malas, estaríamos invariablemente tristes.
Dalai Lama
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Se alguien resumiese las enseñanzas del Dharma sagrado dados por nuestro compasivo profesor, el Buddha, todos ellos podrían ser incluidos dentro de dos puntos: la visión de la originaciòn interdependiente y la acción de beneficiar a los demás. El significado de la originaciòn dependiente es el siguiente: todo lo que aparece y existe se origina enteramente debido a sus propias causas y condiciones particulares, y no hay absolutamente nada que surja simplemente por virtud de su propio poder, sin depender de cualquier causa y condiciones. De acuerdo con esto, ya que podemos estar seguros de que la felicidad y el sufrimiento ciertamente surgen como resultados de las acciones buenas y malas que cometemos, si nosotros deseamos resultados positivos, no hay otra opción que no sea hacer el bien y evitar el mal. Si practicamos este abordaje, en el cual la visión y la conducta — medios hábiles y sabiduría — están integrados enteramente y sin ningún conflicto, y si nos tornamos perfecta y completamente acostumbrados a ella, no hay duda de que obtendremos el resultado, el estado en el cual la forma y la sabiduría iluminada están inseparablemente unidas.
Dalai Lama
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