“Yo tampoco puedo permanecer aquí para siempre: será necesario que yo también parta.”
A través de esto, tomamos consciencia, observando lo que ocurre con nosotros y aprendiendo con lo que ocurre con los otros.
Examinémonos a nosotros mismos, meditando:
a) sobre nuestra muerte,
b) sobre sus señales precursoras,
c) sobre el tiempo que nos queda para vivir y
d) sobre la separación.
a)Meditar sobre nuestra propia muerte es pensar:
“Yo no puedo permanecer mucho tiempo en este mundo,
será necesario que yo parta para otro mundo.”
b) Meditar sobre las señales de su propia muerte es pensar:
“Mi fuerza vital va a agotarse,
mi respiración va parar,
mi cuerpo será apenas un cadáver
y mi mente se irá a errar en otros lugares.”
c) Meditar sobre el acortamiento de nuestra vida es pensar:
“Desde el año pasado, un año ya pasó;
desde el otro día, un mes;
desde ayer, un día,
y mi vida se reduce, como en un pestañar de ojos.
Un instante acaba de pasar y mi vida perdió un instante más.“
La Marcha en dirección al Despertar insiste:
ʺLa vida no para de decrecer;
Día y noche ella disminuye,
y nada nunca va a aumentarla.
Entonces, como podría no morir?ʺ
d) Meditar sobre la separación es pensar:
“Yo no podré permanecer siempre en compañía
de mis amigos, de mis parientes,
de mis riquezas, de mis bienes,
de mi cuerpo y de todo lo que yo tanto estimo.
Luego precisaré abandonarlos”.
Dice la Marcha en dirección al despertar:
ʺIgnorando que debo partir
Dejando todo atrás (...).ʺ
- Gampopa -
No hay comentarios:
Publicar un comentario