Los peces nacen en el agua, el hombre nace en el Tao.Si los peces, nacidos en el agua, buscan la sombra profunda del estanque o la alberca, todas sus necesidades son satisfechas.Si el hombre, nacido en el Tao, se hunde en la profunda sombra de la no-acción, para olvidar la agresión y las preocupaciones, no le falta nada, su vida es segura.
Moraleja: "Todo lo que necesita el pez es perderse en el agua.Todo lo que necesita el hombre es perderse en el Tao".

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queridos amigos los haikus que humildemente escribo están en este sitio: www.haikusilvestre.wordpress.com
gracias ! Namasté

23 dic 2013

la percepción de sentirse atacado

La mayoría de las personas, aun identificadas con la mente, hacen de sí mismos (De lo que consideran que son, del “yo” físico) el centro de toda conversación. Así funciona el ego, creyéndose el centro del universo.
La mayoría de las conversaciones se producen bajo la influencia y el dominio de la mente. Se habla por la necesidad que se percibe al haber identificación con los pensamientos y al considerar por ello que los pensamientos definen quienes somos. Por ello, en cuanto alguien manifiesta otro pensamiento, teóricamente distinto, la necesidad de contestar, defenderse
o atacar es de obligado cumplimiento. Esos patrones de conducta, al considerarse algo normal por la identificación con el ego y además por ser algo extendido, se pueden cambiar.

Un ejercicio que puedes practicar si lo consideras oportuno, es probar a permanecer en las conversaciones sin hablar, compartiendo tu presencia sin participar activamente en la conversación, dejando sin obedecer la necesidad originada por el ego de opinar. Simplemente, escucha. Es un profundo ejercicio que puede hacer colaborar en disminuir la necesidad de hablar, opinar, identificarte con los pensamientos… y así centrarte en tu respuesta interior ante aquello que escuchas. El silencio es otra forma de participar en la conversación y de enriquecer al lugar y a los contertulios.
“Yo, yo y yo”, así funciona el ego, haciendo mantener la perspectiva fuera de la Contemplación Una, permaneciendo por ello en la correspondiente inconsciencia. Así se genera la percepción de sentirse atacado; también se produce la falta de auténtica escucha y la necesidad de defenderse, o sea, el ego.

Al producirse esta sensación o creencia (a la que el individuo da el poder de control al identificarse con ella), comienza a producirse una reacción de autodefensa. Esta reacción se produce por el deseo de salir de una situación a la que se clasifica como negativa o dañina, pero esta misma reacción suele conllevar a originar la misma percepción de sentirse atacado con quien se esté realizando, lo cual genera un círculo vicioso, y todo rodeado por la respectiva inconsciencia.

En ese momento de inconsciencia, aquel que se siente atacado, tenderá a defenderse, generalmente también atacando, ya sea con ira, menosprecios, juicios, comparativas o justificaciones. También se tiende a echar la culpa al exterior del malestar e inaceptación interior, ya sea a las circunstancias o a las personas, sin aceptar que el exterior es un detonante del estado interior, no es lo que produce el malestar. Además es una oportunidad para profundizar y tomar consciencia del mensaje que oculta la experiencia.

Así que cada circunstancia, como cada persona con la que hay cualquier tipo de interacción, es una oportunidad para percibir el estado interior e ir trascendiendo la inconsciencia con la que aun hay identificación.
Por ello no hay que echar la culpa a los demás o a las circunstancias de aquello que hacen relucir del interior, ya que si reluce, es que está, y eso ayuda a conocerse más profundamente y poder trascender aquello que trae sufrimiento.

(tomado de "Viaje a la Divinidad " - pag. 33)

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